Las palabras y los símbolos tienen algún tipo de identidad, en un caso dada por la lengua y en el otro por convenciones que se instalan. También los contextos donde se utilizan pueden alterar, reafirmar o tergiversar su significado literal o simbólico.Por ejemplo, el octógono, luego de estar en un largo sueño geométrico de neutralidad, hoy simboliza una alerta de los excesos nutricionales de bebidas y alimentos.
La esvástica, después de formar parte de significados “religiosos” en pueblos muy antiguos (hay testimonios ornamentales en diferentes culturas). Fue tomada por los nazis, le sustrajeron ese contenido y sabemos hoy de su espantosa asociación.
Actualmente, se está ensayando una alteración del significado de la palabra “libertad”. Pareciera que ésta simplemente describe, en este nuevo contexto, a la voluntad del que “puede” por sobre el resto, amputando así otros contenidos incluidos en su significado…
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