Es un tema de debate y éste no está concluido. Algunos afirman que es la materia la que genera, desde sí, esa suerte de “campo”, así se fundamenta un materialismo que está presente en diversos campos. Esto genera, entre otras cosas, el poder de los que ostentan “materia” y la lucha por la misma. Sería largo desarrollar aquí todo el “teñido” que esta visión genera sobre el mundo y las sociedades. De aquí surge la meritocracia.
Hay una segunda postura, podríamos llamarla “religiosoide”, que afirma que el alma es “inoculada” por algún ser superior del tipo de dios o algo semejante. Esta visión pondera a las personas por su cercanía o lejanía con su visión religiosa. Ejemplos de esto hay en la consideración de los aborígenes o los humanos de otras razas o culturas, a quienes se los consideraba desalmados y así todo estaba permitido. De aquí surgen los “administradores” de dios y su poder.
Hay una tercera postura, que no surge de una hipótesis o teoría, sino que surge de la experiencia. Esta se basa en que todo es energía y solo se diferencia por su densidad o “vibración”, así no se pueden hacer separaciones, pues todo es parte de una misma luz, que en su “caída” generó todo, una piedra o el alma. Esta experiencia y su comprensión, seguramente será la que heredará el futuro y conformará un mundo para todos...
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