Los liderazgos son un tema controversial, como también los modelos y guías. Es una época que tiende a lo horizontal y a lo conjunto. Son tiempos donde los antiguos liderazgos “verticalistas” han quedado en el pasado, como parte de un “vestido” que le quedó chico a los conjuntos…
Hoy vivimos un confuso “contrato social”, en muchos aspectos se rompió y el consenso de las sociedades y su tolerancia a tanta cosa, está más signado por la zanahoria del consumo que por cualquier liderazgo. No se cree en los políticos, aunque sí, en algunas de sus dádivas; no se cree en la información, aunque sí, en esa que conviene; no se cree en las multinacionales, aunque sí en el “pequeño aparato” que estas venden; no se cree en la ciencia, aunque sí, en teorías seudocientíficas.
Se podría decir que el “contrato” es decadente, pues no hay altas aspiraciones sociales o conjuntas. Se podría decir, que éste está hecho girones, porque cada bando tira para su lado desgarrando cada vez más el “tejido social”.
Qué podría contribuir a una nueva sociedad, en qué basar los renovados acuerdos que liguen a los conjuntos en nuevas formas de relación interpersonal…
Sabemos que no hay nada más indudable que: el ejemplo, es un testimonio en la acción de una idea o propuesta. Sabemos que no hay nada más indudable que: la experiencia, si bien esta es muy diversa y distribuida de manera despareja en las personas, allí está como un respaldo existencial.
Quizás en base a estos dos valores se pueda edificar algo nuevo. El ejemplo, es el compromiso con enderezar la propia vida cotidiana hacia las mejores aspiraciones. Siempre es bueno revisar el grado de distorsión entre el saber y el ser.
La experiencia aparte de tantas cosas, también se manifiesta en esas personas idóneas para algunas tareas más que otras, allí aparece lo que se puede llamar “liderazgo entre pares”, donde no se pelea con el baquiano o baquiana en algo, por un absurdo protagonismo, que además será cambiante, sino que se avanza en cada coyuntura que lidera la experiencia de algunos en determinados campos.
Finalmente, el tercer elemento es asumir lo que está “roto” y proponer un horizonte que no sea volver al pasado, que no sea más de lo mismo, que sea la imagen traducida de las mejores experiencias y que se sostenga con el ejemplo…
¿Cuál liderazgo está en pie?
domingo, 19 de febrero de 2023
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