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Oda al Mercurio

miércoles, 27 de octubre de 2021

Brillante y líquido, te separas en múltiples partículas y de inmediato sos nuevamente uno. Vas y venís, pesas y sos la paradoja de los metales.

No quiero beberte, no quiero tus vapores de fusión que nublan la cabeza. Peligroso, como tantas cosas, pero ¡hermoso!

No quiero congelarte, te quiero fluido y con destino. Mi atracción no es por similitud, sino todo lo contrario.

No puedo asirte, solo puedo ser amarillo azufre y contenerte temporalmente. Sin ti soy solo tierra seca, sin mí, eres como alma buscando un cuerpo.

Nuestras diferencias se complementan en la mezcla y somos el origen de las cosas, cuando el calor del fuego “controlado”, nos transforma paso a paso…

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