“Te respeto como ser humano, así siempre tenemos posibilidades de cambio, pero no me pidas que respete tu opinión. No, no la respeto para nada.”
Se suele escuchar, a veces uno lo espera, que la “derecha” defienda, con argumentos racionales, sus posiciones. Es decir, que transforme sus sentimientos en discursos que puedan ser razonados y que, aun así, puedan ser rechazados o aceptados.
Creo que, ahora ya es preferible hablar de “anti-humanistas” al mencionar a esta tendencia que existe desde mucho antes que, la revolución francesa, clasificara sus ideas por la ubicación que asumían en un recinto como "derecha, centro e izquierda". Además todas las corrientes tienen en su historia cosas objetables.
Realmente no disponen de grandes planteos filosóficos, más bien todo lo contrario. Han apelado a los fundamentos deformados de alguna religión, a veces con argumentos robados a las ciencias naturales, también delirantes “teorías” o más recientemente, ya sin contenidos, con cualquier frase, relato o mentira que les permita expresarse.
Ahora bien, es un desafío generar argumentos razonables siendo “conservadores”, dado que, la vida, es cambio permanente.
Sostener que el color de la piel, la elección sexual, la cultura, la raza y tantos otros matices son relevantes para definir la calidad humana ¡Uf!...¿Cómo se hace razonablemente semejante cosa?
Cómo se puede defender razonablemente la violencia contra otros por ser de una determinada religión, de otra clase, de otro género, etc. ¿Cómo?
No, no se puede sostener con argumentos pensados o razonados las cosas que vociferan los anti-humanistas, por eso: no esperemos de ellos ninguna pera...
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