Es como mostrar una foto, aquella en la cada sector se vea más favorecido, pero no hay un planteo que lleve a recomponer toda la película. Así poder reflexionar y quizás, comenzar una nueva etapa. Pues no hay posibilidades de que “los otros” no existan...
Estos conflictos están en todos los pueblos y las acciones de unos resintieron a los otros, que a su vez reaccionaron y reforzaron la aversión inicial y así entre acciones y reacciones fueron pasado generaciones que se fueron formando en esas atmósferas sociales de violencias.
Las “ventajitas” que cada sector aprovecha en las coyunturas son una ilusión de un “triunfo” que durará solo provisoriamente... Es como conformarse con un breve recreo y renunciar a la libertad.
Si bien, ahora mismo o tal vez en algún pasado, hubo momentos de “calma”, estos fueron cicatrizaciones superficiales que no curaron el conflicto profundo. De este modo, cuando algo se mueve en la superficie social, una anécdota más, alguna situación particular, puede hacer emerger de las profundidades aquello que todavía clama por paz.
Se utiliza la palabra “paz” porque en ella se incluye, no sólo la descripción de una situación presente, sino también una manera de experimentar el pasado.
Es un desafío más de los tiempos que corren, abrir el capítulo de los recuerdos y hacer una revisión neutra de lo que pasó. Esto puede durar años o poco tiempo dependerá de la vocación de quienes lo hagan y de la simultaneidad en la que ese deseo se haga presente. Pero, es inevitable hacerlo en algún momento...
La construcción de la que todos somos parte necesita mejorar sus cimientos y esto es absolutamente posible. Podrá ser un planteo ingenuo. Pero la pregunta es: no es iluso creer que se puede ir bien hacia el futuro sin soltar las amarras/cadenas del ayer...
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