El ser, movido por su impaciencia, abrió la caja anticipadamente y así esos dones volvieron a dios y dioses. Sin embargo nunca olvidó lo que había escuchado de la boca de los celestes y se alimentó con la esperanza que los dones regresaran...
Mucho tiempo después, los descendientes, confundieron los regalos del cofre, con los objetos del mundo y así pusieron la esperanza en el poder y en el oro. Así dominaron cada vez más el mundo y también se alejaron cada vez más de dios y dioses, de la felicidad y de la inmortalidad.
Esa época fue llamada: “de la crueldad y la estupidez” (en aremeo= menenbolsonamacritram)
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