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Cambio y fuera

lunes, 30 de marzo de 2020

Los cambios pequeños o grandes, van madurando durante el transcurso del tiempo, muchas manifestaciones que sorprenden en el “hoy”, comenzaron a gestarse mucho antes en individuos aislados y poco a poco en más y más.
Las posibilidades de comunicación entre individuos son un factor acelerante y este factor, en la actualidad, es enorme. Esto amplia y fortalece la sintonía de un conjunto.

En los cambios radicales, suele existir una atmósfera que podemos definir como de “fracaso” (expectativas que no se cumplen). Esto a veces es acompañado por fuertes shoks emotivos, pero también, tiene que ser acompañado por una cierta altura histórica de la conciencia que reflexiona sobre sí misma y sobre su experiencia.

Los factores que venimos enumerando son progresivos y en la medida de su acumulación van ganando espacio en el mundo. Hay sobrados ejemplos de esto, que muestran como muchas buenas ideas, son rechazadas en su momento para ser rescatadas en el futuro.
La conciencia histórica es lenta y llega, años después, a dar en el blanco. Pero su lentitud contrasta con la fuerza con la que barre con el mundo viejo.

La conciencia histórica y su altura se vislumbra en las mayorías y también en los factores de poder, aunque estos últimos intentar hacer cambios cosméticos para seguir manipulando a las mayorías. Otras veces las mayorías ya no les creen y le piden a alguna “vanguardia” que ocupe esos lugares para impulsar los cambios. Otras veces piden por los conocidos retardadores de lo nuevo.
Esto es más notable, justamente, cuando los cambios -como un sentimiento difuso sin imágenes- va asomando su “hocico”...

Hay que decir que la dirección de los cambios no es infalible, por lo tanto tiene justificación proponer imágenes, argumentos, paisajes, etc. En este sentido hay que regular las expectativas, pues muchas veces, la no adhesión de las mayorías no significa fallas en la comunicación y emisión de las propuestas, sino que simplemente, la conciencia social aun no llegó a la altura histórica correspondiente para sintonizar con ellas.

En los últimos 50 años -para poner un tiempo- se vienen realizando propuestas en distintos campos (científicos, sociales, políticos, etc.) irrumpió la tecnología en la vida cotidiana comunicando al planeta como nunca antes y sin embargo aun no se produce el gran cambio...

Pero hay que tener claro que cuando esto se de, se materializará en base a las opciones que estén flotando en la “atmósfera”, aun las nuevas respuestas son combinaciones de opciones que están en distintos niveles de lo co-presente. Así tiene sentido proponer e irradiar más allá del aparente “éxito” coyuntural, porque se trata de mantener la opción como una posibilidad de ser contenido del gran cambio.

Aun el “poderoso” (con dinero, influencia y prestigio) no logrará colar una idea si esta no resulta convergente con la altura histórica de la conciencia. De esto también hay ejemplos.

Recordamos que venimos hablando de un cambio histórico y no de cambios “cosméticos” que se asemejan más con las modas.

No se puede asegurar que deparará la actual situación... Pero sí estamos seguros que no es simplemente una gota más en la copa... Esa copa que está próxima a rebalsar...

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