Hay momentos que nublan la razón, períodos donde el futuro se oscurece. El propio funcionamiento de la conciencia busca con agitación responder racionalmente a la perturbación. Esos límites con los que se choca, son situacionales, pero son!
Cuando la razón se encuentra con la imposibilidad, de responderse sobre aquello que la aqueja, puede apelar a distintas “válvulas” de descompresión: el odio, la venganza, enemigos, improvisación, etc.. Estas fugas alivian transitoriamente pero no resuelven...
¿Cómo buscar una salida allí donde no está?
Asumiendo los límites a los que se llegó, se puede lanzar la pregunta sincera hacia otra profundidad y con paciencia esperar la respuesta que vendrá, tal vez en formas caprichosas, pero, seguro llegará...
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