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Meditaciones de cuarto oscuro

miércoles, 12 de junio de 2019

Estamos en una situación particular, bombardeados por información. La TV y todas sus variantes, las redes sociales, la calle con su cartelería, etc.

No es fácil, elegir posturas libremente o por lo menos reflexivamente. Aunque la realidad nos inunda diariamente en nuestras actividades y nos da la experiencia directa de cómo transcurren aproximadamente las cosas. Sin embargo, pareciera ser necesaria la información que proviene por otras vías la que en definitiva nos da el veredicto de lo que sucede, coincida o no con nuestra percepción cotidiana.

Resulta un fenómeno extraño y bastante moderno: Seria algo singular imaginarse a un campesino que al levantarse decida sus actividades por lo que dicen las noticias y en base a eso programe su jornada. Negando su percepción del clima, no teniendo en cuenta su recuerdo y en definitiva su empírica relación con el medio. Ciertamente que existen diferentes amplitudes, locales, regionales, mundiales, etc. y aun el campesino será afectado, tarde o temprano, por la dinámica de todo aquello. Pero, difícilmente él se aparte de su sentir cotidiano para actuar y las opiniones que escucha en la radio, no modificaran sustancialmente sus percepciones.

Nos han mostrado las fake y así se han desacreditado las cosas que circulan por las redes, allí no parece haber limites y se puede afirmar cualquier cosa desde posturas de “francotirador”, sin rostro ni otro tipo de identificación. Se los llama trolls genéricamente a los que se supone son pagados por algún interés, aunque también han logrado replicantes que sin ninguna remuneración multiplican el alcance de las falsas informaciones hacia las listas de amigos, padres de alumnos, ex compañeros de colegio, etc. etc.

En este panorama, hasta no hace mucho tiempo la TV parecía ser la voz de la realidad, se decía: “es verdad lo dijo la TV”. En la actualidad esta seguridad esta perdiendo brillo y las fake y trolls desembarcaron en los programas. Ya no utilizan una breve afirmación como se puede hacer en alguna red social, sino que amplían las “noticias”, aportando testimonios, imágenes, palabras y en algunos casos “pruebas confiables” que respaldan sus afirmaciones.

Se trata de una cantidad muy pequeña de personas, en relación a los habitantes de cualquier país, en el que estoy, no creo que sean mucho más de 100 individuos en un universo de más de 40 millones de habitantes, seria una poquedad expresar esta relación en un porcentaje (0,0000025)... Estos personajes mínimos, diariamente tratan de pintar una realidad que, luego despintan otros, como en una dinámica circular interminable y que cada mañana vuelve a comenzar...

Lo que está “sucediendo” lo cuentan y lo descuentan ellos y esto, se impone muchas veces, a lo que cada cual experimenta. Seria como si el campesino, al escuchar por la radio que lloverá en el extremo norte, él decide no laborar, aunque en el sur donde vive el sol está abrazando el paisaje.

Todo esto esta planteado muy simplificadamente, es verdad, pero es una manera de marcar que aquella realidad que está mas allá de la cotidianidad no debiera convertirse en algo más tangible que la propia experiencia, esta suerte de alienación no tiene ninguna buena justificación... Ser “rehenes” de la información que administran y deforman un puñado de personas que, en general, viven situaciones muy diferentes a los comunes es un tanto triste... Tampoco se trata de un “cerco” muy solido que ponen estos “secuestradores”, aunque sí muy imbricado. Aun si no se mirara tv, de todas maneras llegaría la información por otras vías y terminaríamos enterados de otros modos. No se trata de mirar o no mirar noticias, se trata de valorar la propia experiencia y allí, emplazados en su centro, decidir que es lo mejor para que ella esté en presencia o en dirección de algo más positivo.

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