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Confrontación

martes, 2 de julio de 2019

Los políticos en general, son criticables, demuestran no estar a la altura. Sin embargo, hay que tener cuidado en denostar su actividad sin propuestas superadoras. Esto lleva a fortalecer las actuales tendencias a las “democracias” autoritarias.

Estas democracias autoritarias, entre otros factores, son la metamorfosis de occidente hacia una supuesta eficacia, tácitamente reconocida como tal, en la mutación del actual “comunismo” chino.

Para tal fin estas runflas, necesitan una población asustada, amenazada por inminentes peligros que multiplicados en los medios de “comunicación” le crean la ilusión a cada persona, que en su calle, hay una guerra!!!

No importará con que se cuenta para generar éste estado de beligerancia, aunque se tenga que construir enemigos a partir de grupos pequeños y con relativa capacidad de daño. Serán los inmigrantes, los de alguna religión, los de alguna etnia, los narcos, los del otro bando, etc. El tema es alimentar la inseguridad, el peligro y la confrontación como atmósfera, pues allí mandan las armas y las personalidades que eluden el debate, el diálogo y todas esas maneras que, para una situación de guerra, son sólo actos propios de “cobardes diletantes” o “ingenuos pacifistas”.

Más allá de los reales peligros, de las concretas inseguridades, se está fomentando esa atmósfera para alumbrar la llegada de los salvadores de poca cabeza y con “autoridad”, quienes pueden aspirar a algún poder, únicamente secundados por las armas, el miedo y la oscuridad. Fomentadores del odio, perpetuadores de la oscuridad, vergüenza de la futura humanidad...

¿Cómo se puede esperar de estos seguridad y paz, si aquello que los sostiene, es justamente lo opuesto?

En cada campo se replica la división, no importan los argumentos -muchas veces válidos- pero "la confrontación" ya es un signo de esta época.

Ciertamente hay temas que tratar y poner en la superficie, sin embargo, esta impronta epocal se refiere al tono y al sentido que adquieren muchas veces esas disputas, que terminan sumergiendo el asunto tratado, postergándolo una vez más.

Si el oído está conectado al prejuicio se puede hacer de una mentira la verdad y de la verdad una mentira.

Como se ha dicho de tantas maneras diferentes en todas las épocas, hoy sigue siendo válido que: cuando se venza al enemigo no surgirá la paz. Se logrará y será duradera, si se cambia aquello que “forja” enemigos...

2 comentarios:

  1. Excelente amigo Pablo. Con tu permiso voy a replicar tu artículo en el Twitter. Abrazo!

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