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Descripciones barrocas

lunes, 22 de julio de 2019

Cuando parece poco lo que hay en el plato...

En ese pan alargado y suave, algodonoso, liso, melodioso, grato, blando y apacible que, abierto como carcajada, como puerta amistosa, como boca en grito, como cielo despejado y en su circular base, espera la llegada de su amiga, su par, su complemento, su “yan”, su media naranja: la salchicha, recién salida de su baño: húmeda, caliente, vaporosa, empapada del caldo que le dio vida, expresión, carácter, personalidad y destino...

Ya unidos en hermandad final y listos para recibir la mostaza, jenabe, crema de semillas, sinapis crucífera, mosto medieval y amarillo desconocido en Dijon, con sabor y color propio que como un pegamento permitirá que la lluvia de papas quede magníficamente, magnánimamente, imantadamente, inevitablemente adherida a la cresta de la combinación que así, la cierra, completa, redondea, ultima. Listo el almuerzo, comida, merienda, cena, tente en pie o “para lo que da”. 

No importa su nombre: hot dog, perro caliente, completo, chévere, chory, shuco o simplemente, maravillosamente, tradicionalmente o finalmente: “un pancho por favor”...

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