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Cuando perder es evidencia de ganar

domingo, 19 de agosto de 2018


Ellos, Torque mamada y sus secuaces, retenían con fuerza las riendas que sujetaban al corcel del Tiempo, ya sus pies se deslizaban por el piso, arrastrados, mientras el brioso ejemplar clavaba sus vasos en la verde gramilla, yendo inevitablemente hacia adelante...La fuerza aplicada para detenerlo era la máxima y nacía de la desesperación, esa tensión que sólo se tiene en los últimos instantes ante lo inevitablemente perdido...”


En el contexto del debate en el senado sobre el proyecto de ley de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) y ante diversas opiniones con alarmantes grados de “inmobilísmo”, comencé a cuestionar la razón de este asunto, por demás curioso y sorprendente. Salvo algunos pocos que, con posturas flexibles y auspiciosas, me resultaron afines, en su mayoría transmitían una visión obtusa y no sólo evitando ampliar derechos y opciones para los ciudadanos sino que, en algunos casos, queriendo retroceder algunos “casilleros”.

Ciertamente se puede percibir una cierta liviandad en estas reflexiones ante la gravedad de lo que se impone, pero, quiero hacer el ejercicio de pensar un poco más allá de la coyuntura, para sobrevolar por un tiempo, los dolores y sufrimientos que estos regresivos individuos prolongan, condenando a muchas personas; para ello siento la necesidad de “despegarme” transitoriamente del momento presente.

Quiero tratar de profundizar en la “conciencia conservadora”, no se si existe esta categoría como tal, aunque sí puede ser útil para caracterizar algo que resulta extraño. No se sabe muy bien cómo ahondar en esta particularidad, pero siento el entusiasmo de intentarlo.

A partir de aquí se irán mencionando algunos aspectos que, tal vez, sirvan para observar esta "manera de pensar" tan peculiar.

Si se observa la historia, en muchos momentos, ante cambios importantes estaban los que impulsaban con resolución la consolidación de los mismos y también, estaban los que se oponían con fervor. Fueron cambiando los objetos de debate, pero no las posiciones, si bien el proceso finalmente concretó cambios, esa conciencia inmobilista reaparece alejada temporal y espacialmente por siglos, por continentes y ya no se trata de una visión del universo o del alma humana o de la geografía o de tantos otros temas, tampoco se trata de personas que convivieron entre sí, simplemente la mentalidad reaparece con fuerza aunque sobre nuevos temas que hacen al proceso de liberación humana.

Se pueden mencionar causas de clase social y creer que los más acomodados no quieren perder sus privilegios, sin embargo, esto cómo explica que gente que, sin ser parte, de esos “privilegiados” sostengan opiniones similares. Se podrá decir que a través de los medios masivos les “lavan el cerebro” pero afirmamos que esto no es posible, nadie puede hacer tal cosa, el cerebro no es una cosa que pueda lavarse. En todo caso hay algo anterior en esa cabeza que lo dispone a adherir con determinada postura (resentimiento, afición al odio, temor o terror, insatisfacciones perturbadoras, frustraciones, etc.). Si bien no se puede subestimar la falta de información veraz y el repiqueteo de "verdades" que se quieren inventar.

Otra manera de explicarlo sería, simplemente todo esto de las posturas mentales es algo estadístico que se confirma en la infinidad de dualidades que existen en todo. Mientras hay un porcentaje que quiere una cosa, hay otro que no la quiere.

También en este universo, no hay que dejar de mencionar a los saltimbanquis que venden su opinión en cada coyuntura y que la conveniencia ocasional es su única prioridad, aunque no interesa esta mentalidad ahora, quizás sea un tema para otra ocasión.

Siguiendo con la cuestión, habría que detectar si estas disputas entre progresismo y conservadurismo cobran mayor virulencia en ciertos momentos de la historia pero, de manera más laxa, siempre están presentes. Podría observarse que permanentemente hay ciertos temas, pero en determinados momentos históricos, estos acicatean más a la cabeza retrograda y la hacen salir a la superficie (conducta).

No se puede dejar de reconocer algo sobre estas materias: si lo observo en el Paisaje, es porque algo de eso está en mí, por lo tanto se puede bocetar ese tipo de conciencia recorriendo regiones internas propias que la justifican, aunque deba superar antes, el rechazo hacia ese tipo de concepción que aquí pretendemos clarificar y luego sí, tal vez, rozar en carne propia el "veneno" de ese inmovilismo.

Hay otro matiz que se podría iluminar en esta particular cabezota, se trata del fenómeno posesivo, de no querer soltar, tensión que se hace extrema cuando eso, que se cree poseer, entra en una zona de peligro.

Cómo no mencionar al clásico responsable de todo el tema: la religión, pero ello implicaría que, se han revisado todas las religiones. Hay temas neurálgicos que se han replicado en diversas culturas y parecería más un asunto anterior y recreado en el ceno de diferentes credos y culturas. Pues si dejamos de lado ciertos temas que son tabú para éstos, no son los creadores de la mentalidad que escudriñamos aqui, aunque sean muchas veces aladiles de ella.
Por otro lado, esta concepción que parcializa el tema, debería sostener además que antes de la aparición de las religiones y formas modernas de organización social, nada existía o bien eso no sucedía, tampoco se puede asegurar semejante cosa, pues las religiones más conocidas de la actualidad tienen pocos miles de años y sin embargo la historia más “civilizada” tiene no menos de 10 mil años.

Existe otra idea que es atribuirle el conservadurismo a una cierta ideología, si bien no deja de ser acertado, hay que reconocer que ésta atribución es parcial pues desde ideas opuestas se ha llegado a posturas inmovilistas. Ambas, ante el riesgo de perdida de posiciones han respondido, demasiadas veces, con violencias.

Hay que decir que si fuera por esta mentalidad conservadora, Copernico, Girdano Bruno, Galileo y sus visiones no hubieran alumbrado a la ciencia naciente y muchas de las maravillas tecnológicas que hoy usan los inmovilistas podrían no existir. Qué decir de la esclavitud, de la “calidad” de las diferentes razas, de la existencia del alma o no en algunas de ellas, de la valoración de la mujer, etc., etc. Que nada más pesado que el aire puede volar y tantas otras cosas que fueron mantenidas, muchas veces, a sangre y fuego para que nada cambie y que felizmente el proceso de la historia humana, de todas maneras, fue consolidando.

En definitiva esa mentalidad que a veces está más calma, en momentos de “emergencia”, de “peligro” para su consideración, emerge, como en un animal acorralado. Unos temen el futuro en tanto que los otros aman ese futuro que vendrá con nuevos derechos.
Estas dos tendencias estuvieron en puja siempre, algunas veces adentro de uno mismo, sólo cambian los momentos y los temas. Por lo tanto se trata en ultima instancia de algo que está en el ser humano y que cuesta superar definitivamente, como un trauma de las cavernas que siempre regresa...

El mejor avance al que se puede aspirar, en este contexto, es a superar lo más primitivo que hay en la conciencia humana y a consolidar lo más nuevo que tenemos, eso que abre el futuro para todos. Muchos se asustan ante la rama con fuego que cae en el camino, pero algunos superan su temor y con cuidado se acercan a tomarla y así impulsan el avance de toda esta Historia...

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