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En torno al agua

miércoles, 9 de mayo de 2018

“El agua no se detiene ni de día ni de noche. Si circula por la altura, origina la lluvia y el rocío. Si circula por lo bajo, forma los torrentes y los ríos. El agua sobresale en hacer el bien. Si se le opone un dique, se detiene. Si se le abre camino, discurre por él. He aquí por qué se dice que no lucha. Y sin embargo, nada le iguala en romper lo fuerte y lo duro”. Lao-tse.

En este escrito vamos a discurrir sobre el tema del agua, tocaremos diferentes aspectos que van desde lo más elemental, la situación actual, la pretérita y si se quiere, la mental. Giraremos en torno a este elemento básico para la vida en el planeta. Para avanzar en esta pretensión, necesariamente, tocaremos distintos aspectos que significaran saltos de planos, pero, sin perder el hilo conductor elegido.

Ciertamente, el agua, es vital para la vida. El 70% del cuerpo humano esta compuesto por este elemento y su consumo diario es requerido para el mantenimiento de diferentes procesos.

También es mayoritaria su presencia en la superficie del planeta, cubre casi un 70%, aunque hay que aclarar que, la mayoría, es salada... En este sentido hay estudios que representan la escala en un gráfico donde el total de agua de la Tierra seria un balón de fútbol, al lado una pelotita de pin-pong como la proporción de agua “dulce” y luego un grano de garbanzo como la relación, en esta escala, de agua potable disponible en la actualidad.

Por lo tanto, es evidente, que el agua apta para el consumo, es un bien vital y también escaso, además, tiene una distribución desigual en la superficie geográfica, existiendo lugares donde abunda y otros donde es casi ausente.

En este contexto, el comercio del agua, es otra de las aberraciones a la que asistimos en estas épocas, razón que nos lleva a pensar que, probablemente, estén estudiando la manera de comerciar, también con el aire, pero bien, sigamos...

Esta realidad de, necesidad imperiosa y escasez, alimenta seguramente, teorías conspirativas en torno a lo que se conoce como “guerra del agua”. No tenemos información confiable de esto, pero razonando, vemos que el petróleo y su extracción mueve muchas acciones, este elemento permite que “todo” siga funcionando, aunque si no hay agua, lo que no “funcionará” serán las personas y, en ese escenario, de qué servirá el combustible. Entonces está bien asegurarse el petróleo, pero eso no puede llevar a descuidar la provisión de agua. Por tanto se puede suponer, con algo de certeza, que algo están haciendo o pensando sobre el “control” del agua.

En los últimos 20 años, aproximadamente, surgió una corriente que insiste en el consumo de agua, lo expresan en litros diarios, a este requisito de consumo individual. Esto se ha ido instalando y hoy es común ver en las ciudades, a la mayoría de las personas, portando su “cantimplora” moderna para ir bebiendo agua en los recorrido que van realizando en su vida cotidiana. Estas botellitas son térmicas, plásticas o coloridas y de algún modo se suman al atuendo imprescindible para ir al trabajo o al gimnasio o simplemente para pasear. Sin cuestionar la real necesidad de hidratación, la moda de portar y tomar agua, incorpora suavemente ciertos atributos, relacionados con la belleza, la salud, el bienestar del cuerpo, algo de juvencia, seguramente existen fundamentos científicos, pero diariamente, quien lo hace va completando argumentos mentales pues no hay una experiencia certera de que eso, que afirma la ciencia y la publicidad, suceda en lo inmediato. Quizás en todo lo que hoy rodea a este consumo, esté rondando el mito...

También hay infusiones, a base de agua, que convergen con esta tendencia de tomar líquido todo el tiempo.

Alguien joven podría preguntar, pero cómo antes no era igual. Bueno, la verdad es que siempre se ingirió líquido y aun sin tanta presencia del tema del consumo del agua, la gente no se deshidrataba y mantenía los rangos necesarios, al menos eso creemos...

Hay un hecho relacionado con la salud, que se puede seguir no por médico aunque sí por paciente, y es aquel que la capacidad de acumulación de reservas de agua, en el cuerpo, va disminuyendo con la edad y con los años se pierde parte de esa capacidad, por lo tanto, la atención al consumo diario de líquido no se puede descuidar.

Por otro lado se verifica la disminución de agua en distintas partes del cuerpo, solo por el paso del tiempo, situación que el consumo de líquido no alcanza a solucionar. Por ejemplo, los discos blandos que hay entre vertebra y vertebra están compuestos en un alto porcentaje de agua, estos con la edad se van deshidratando y claramente perdiendo su capacidad de amortiguar y suavizar los movimientos. Los malestares y este deterioro no se atenúan simplemente por el consumo de agua.

También, en relación a otros aspectos del agua, hay que mencionar su importancia para la limpieza corporal y su merito para la salud pública, en general en lo que se conoce como “normas de higiene”.

En los últimos años, se comenzó a inculcar el “cuidado del agua”, campañas y otras actividades intentan concientizar de su valor y de lo inadecuado que resulta su despilfarro.

Hay que mencionar a la fuentes termales y sus beneficios para algunas dolencias, las aguas sulfurosas, etc. También las fuentes que se replican en las ciudades y que portan bienaventuranza, buena fortuna o simplemente belleza y distensión auditiva, visual, etc..

No se puede dejar de recordar la satisfacción que da el agua, en un baño caliente o el que, en una jornada de calor, da el refrescante baño frio.

Mayoritariamente su relación con el ser humano es beneficiosa, aunque a veces se producen, desmanes a causa de su presencia desbordada, en forma de lluvias, inundaciones y en general de distintos excesos.

En todas las culturas, este líquido vital, ha ocupado su importante lugar y más allá de la necesaria procura para su consumo diario, ha ido más allá y ha tomado formas míticas o de fe o, como se lo quiera llamar.

Por ejemplo, la aguas del río Ganges, aunque se afirme que están contaminadas nada impide, a los que tienen fe en su poder sagrado, bañarse en ellas. Del mismo modo, el agua de Lourdes que si bien no contiene químicamente nada diferente, a la que se puede extraer en otros puntos de la región, es esa en particular, la que tiene poderes milagrosos.

El agua bautismal de algunas religiones, las leyendas de los ríos y lagos y los seres especiales que en ellos habitan. El origen del agua, mito de pueblos aborígenes, etc.

Es decir, tratar el tema del agua, admite diferentes enfoques y valoraciones. Podrá estar revestida de moda, de negocio, de ciencia, de salud, de practicidad o de sacralidad, pero en todo caso, ninguna de estas miradas se contradice respecto a la importancia de este elemento para la vida. ¡Interesante punto de convergencia!

Por nuestra parte, no estamos interesados, primariamente, en su utilidad para la vida. Nos atrae más, la comprensión de su aspecto mítico o si se quiere “mental”, su capacidad de canalizar prodigios y en general buenas cosas para el ser humano. En este sentido si recorremos con esta mirada la historia en las distintas culturas, nos encontramos con diversas valoraciones, algunas pocas mencionaremos aquí, como un recordatorio y sin ahondar en ellas:

Ya en los jeroglíficos egipcios, aparecían las crestas onduladas que contaban sobre el agua desde la más simple hasta las “primordiales”. Según la tradición hermética, de la sustancia Nou surgen todos los dioses. Los alquimistas medievales a través de lienzos de algodón “captaban” el rocío, para luego con ese agua “sutil”, realizar algún procedimiento. También, otros, reducían miles de litros de agua vulgar, por vía de evaporación, para quedarse con una pequeña cantidad, de un agua especial con propiedades “vivificantes”.

Los chinos han hecho del agua, la residencia del dragón, pues del agua viene todo lo viviente. En los Vedas, las aguas reciben el nombre de “maternas”, pues al principio todo era como un mar. Las aguas son el principio y fin de todas las cosas. En las culturas más antiguas, ya se distinguen aguas superiores e inferiores con atributos diferenciados, creación como posibilidad en un caso y, lo ya determinado, en el otro. En las aguas primordiales se encuentran las partículas que luego serán formas sólidas. De las aguas y de la materia fluida del ser humano surge todo lo viviente como de una madre. Buda considera al lago de la montaña, cuyas aguas transparentes permiten observarlo todo, como el camino que lleva a la redención.

Se asimila simbólicamente el agua a la sabiduría como intuición y algo fluido. En algunas cosmogonías el abismo de las aguas fue significante de la insondable sabiduría impersonal. Una antigua deidad de un pueblo isleño es llamada “profundidad marina”. La aguas simbolizan muchas veces, lo previo donde está el potencial de toda forma y creación. Algunos relacionan el parto y al nacido como llegando de las “aguas”.

La inmersión en las aguas significa el retorno a lo pre-formal, con su sentido de muerte y disolución pero también de renacimiento y nueva circulación de la energía vital. En el rito bautismal cuando se hunde la cabeza en el agua, muere el viejo ser y al salir de la inmersión, nace el nuevo.
También, a través del mito del diluvio, se utilizó el agua, como una inmersión total para permitir cancelar un proceso torcido, depurar los restos y comenzar uno nuevo.

Los babilonios calificaban ciertos espejos de agua como “casa de la sabiduría”, su Oannes (dios pez) es quién revela a los humanos la cultura.
Los cinco ríos en que se dividía el Hades griego y el barquero Caronte que llevaba, hacia allí, a los difuntos. Aquiles es bañado en un río para darle la inmortalidad, aunque olvidan mojarles sus talones. Heráclito utilizó el río para fijar su visión sobre la circulación de la vida:“ nadie puede bañarse dos veces en el mismo río.”
Existe la visión de que el agua, es mediador entre la vida y la muerte, por su poder de creación y también de destrucción. Sin el agua divina, nada existe, dijo Zósimo.

En el Popol Vuh se lee: "No había nada que estuviera en pie; sólo el agua en reposo, el mar apacible, solo y tranquilo. No había nada dotado de existencia. Solamente había inmovilidad y silencio en la oscuridad, en la noche...”. Los indios del Brasil se acuerdan todavía de los tiempos míticos, "cuando se encontraban todavía en el agua". Existen ilustraciones bautismales de los recién nacidos en México, donde se consagraba al niño a la Diosa del Agua, considerada como su verdadera madre. Antes de sumergirlo en agua, se decía: "Toma este agua, pues esta diosa es tu madre...”

En términos generales, hay distinciones simbólicas en relación a su fluir que dan muy diferentes significados: aguas claras, aguas primaverales, aguas corrientes, aguas estancadas, aguas muertas, aguas dulces y saladas, aguas reflejantes, aguas de purificación, aguas profundas, aguas tempestuosas, aguas refrescantes, aguas altas, bajas, etc.
Lluvia y evaporación (acuática y del cielo) dos estados del agua que conectan lo bajo y lo alto, donde ella se transforma y así conecta planos.

Entonces, en un pequeño recipiente de agua se pueden "mirar" múltiples cosas...

Quizás por su simpleza, por su presencia común, hoy, no se le da la relevancia que en todos los sentidos, el agua, tiene. Aunque claramente se puede comprobar que la tradición que siempre la rodeó, forma parte de una base experiencial común, a todos los seres humanos desde los tiempos inmemoriales.

Pareciera que esta relación con el agua, está volviendo a emerger y mostrar su “carga” mental en medio de una época desacralizada. La relación con el agua tiene diversas “frecuencias”, algunas de ellas se han enumerado aquí, cuando nos referimos a su aspecto mítico, justamente aludimos a la posible convergencia de grandes conjuntos humanos en ese canal de resonancia.

Todo esto ¿será un síntoma más de que está naciendo un nuevo momento sacralizador? No lo sabemos, aunque sí sabemos que, si esto es así, deberá ser verificable, creciente en su multiplicación entre las personas y lejano del marketing...

Así, como se comporta en su fluir, que no pelea y avanza pacientemente por las vías que le son favorables, “las aguas nuevas”, se proyectaran para vivificar un nuevo momento humano y en medio, del tiempo vulgar de la cotidianidad, irrumpirá desde otro espacio y tiempo, el mito, con su conmovedora experiencia...

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