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El despertar

lunes, 2 de octubre de 2017

Hay un evidente cambio de creencias, esta modificación se va dando por la dinámica histórica, por el cambio de las etapas vitales y también por cierta reflexión sobre todo eso. Ese cambio de las creencias es evolutivo esto no se pude negar, por ejemplo, la creencia sobre las mujeres y sus tareas o ubicación social…si bien ha permanecido miles de años sigue cambiando hacia una paridad total con el hombre, también podríamos mencionar las condiciones de la esclavitud, sobre la niñez y en general la infancia, la imposición religiosa, las formas de gobierno, etc., etc.


Hay otras creencias que tienen un ciclo vital más corto y que una generación puede ver su nacimiento, desarrollo, declinación y muerte. Esto se puede observar en propuestas políticas, sociales, éxitos de determinados individuos, etc.

Todos estos cambios en la conciencia social son evolutivos, porque crean nuevas condiciones, nuevas creencias y así nuevas posibilidades, sin embargo, nada de esto es suficiente aunque sí sea parte del “despertar” de los individuos y de los conjuntos.

No puedo precisar muy bien que significa “despertar” pero intuyo que ha sido un elemento diferencial en todas las épocas que se presentó, los individuos que han inspirado obras, que más allá de la época y cultura, plasmaban objetos inmortales, quizás nos muestre uno de los matices de ese despertar, no lo sé, pero sí sé, por comparación, que este cambio depende de algo más que el simple proceso mecánico histórico y vital de modificación de las creencias.

Incluso la creencia en todo esto, si bien respalda una cierta dirección y valoración de un modo de estar en la vida, no implica necesariamente ese salto, ese cambio de cualidad.

Tal vez, así como el conocimiento y la experiencia, es lo que dirige la habilidad del buen artesano, se pueda sospechar que ese salto, que ese despertar, constituya una dirección hacia un tipo de conocimiento y un determinado tipo de experiencia.

Pero al parecer, nada garantiza que los cambios y las direcciones se consoliden “per se” y que no se pueda regresar a creencias anteriores. Cómo también algunas decisiones -acertadas o no- que se puedan tomar, no solamente influyan en una particular coyuntura, sino que, configuren un cambio radical en la dirección vital.

Creo que, lejos del cinismo, de la frustración y del nihilismo, saber que uno no está despierto, es una buena manera de comenzar…

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