Introducción
El concepto de verdad hoy está maleado e incluso degradado, en el contexto del “fin de las ideológicas”, el post-modernismo y la aparición de la “delincuente” post-verdad.
Cuando se menciona a la post verdad, se hace referencia al manejo de la realidad desde los medios, priorizando, en su relato, los intereses que actúan ante un determinado hecho, por ejemplo: las ocultas conveniencias económicas y en este contexto también políticas y así van modelando una supuesta “realidad” que replican y repiten masivamente.
Aquí voy a hacer una “nota al pie” respecto al termino “post-verdad”: se lo puede considerar como un simple eufemismo para no mencionar demasiado francamente a: la mentira y por otro lado, ese planteo, da por sentado que antes había “verdad” cosa que claramente es discutible, pero sigamos adelante.
Todo esto dejó a la “vieja” verdad en un terreno gris, reflexionar en torno a ella entonces, puede ser una pretensión absurda o por el contrario puede convertirse en una necesidad. Por mi parte adhiero a este último aspecto.
1-Hecho y perspectiva
Es una necesidad saber dónde se está parado o como mínimo, con qué puntos de apoyo se cuenta para tener alguna referencia. Para esto se pueden considerar como mínimo dos elementos:
Primero un hecho cualquiera, algo que está ahí, por ejemplo un accidente, una situación económica determinada, incluso una experiencia propia, o sea mi propio modo de sentir: al día o al accidente o a la situación económica. Entonces estos elementos los podemos calificar como “hechos”.
Luego el segundo componente, es la interpretación, ésta ya no me habla del hecho sino de lo que creo sobre ese hecho, del significado que le atribuyo a ese acontecimiento. Es decir, por un lado tenemos el evento, lo fáctico y por el otro lado está la interpretación subjetiva del asunto.
Cuáles son algunas de las maneras en que se puede abordar la interpretación, pues sobre “ese hecho que está allí para mí”, en principio, no se puede agregar mucho más.
Cuando hablamos de interpretación nos referimos a un “punto de mira” sobre un hecho, es decir una “perspectiva” y no sólo una percepción. Esa perspectiva no será la misma para alguien que está en una situación de padecimiento, que para otro, que ve la escena en un cine o en una pantalla de tv. Aunque en ambos casos se trate del mismo fenómeno. Diferentes perspectivas ante un mismo hecho. Se nos aclara así que el punto de mira es variable y esa perspectiva, es desde algún lugar del espacio físico, o también, desde algún determinado interés. Si hay un damnificado, en una situación económica por ejemplo, puede existir simultáneamente alguien beneficiado por el mismo acontecimiento.
Entonces aquí hay un elemento para diferenciar, cuando se habla del hecho, a cuando se hace referencia al hecho, pero advirtiendo allí una determinada perspectiva, con la que puedo o no coincidir.
2-Un ejercicio
Entonces minimamente se puede sacar la primer conclusión: hay que diferenciar el hecho en sí de la interpretación que se le da, pues ésta siempre se dará de acuerdo a una determinada perspectiva. Ahora bien, con que elementos se cuenta para referirse a un hecho, postergando en lo posible la interpretación, dado que en algún momento para agotar el tema o, bien para pasar a otro, voy a producir algún tipo de síntesis interpretativa. Aunque no sera lo mismo que, el hecho y la interpretación, se me aparezca como un solo objeto (“verdad”), a observar primero y luego describir, al menos sucintamente, todos sus componentes y más tarde ya con esa información y con una cierta consciencia de mi punto de mira haga la interpretación.
Este modo de proceder, si bien puede verse complejo en realidad no lo es, dado que requiere de la misma energía que se utiliza para defender una posición o bien adherir o rechazar verdades que circulan por ahí. Por otro lado también me permite tomar conciencia que lo que circula, en cuanto a “realidades”, muchas veces mezcla los hechos con las interpretaciones, es más, de algunos eventos conozco más de la interpretación que del hecho en sí, esto también ayuda a observar, en las noticias u opiniones, interpretaciones que se refieren a hechos, siempre que alcance a separar la perspectiva de quien informa del hecho al que se refiere.
3-Relatividad
Es mucho lo que se puede decir respecto de las perspectivas y de los puntos de vista. Goethe afirmó: “sólo todos los hombres (y mujeres) viven lo humano”. Es decir que una definición acertada deberá pasar previamente por todos los seres humanos para llegar a ser indiscutible.
Por lo tanto la complejidad y la vastedad de esta búsqueda, que aquí planteamos, es obvia. Aunque claro, en todo este tema, hay algunos aspectos preliminares de convergencia, son aquellos culturales, familiares, generacionales, etc. Estos permiten moverse en una cierta región de equivalencias interpretativas. Sólo como ejemplo, entre un asiático y un occidental, en el aspecto culinario, encontraremos fuertes diferencias y entre ellos mismos coincidencias culturales. Ahora bien, si lo cultural da cierto piso común desde donde uno se emplaza para interpretar un hecho, en ese contexto también, nos encontramos con los valores, los determinados valores, de un grupo humano que puede ser coincidente culturalmente o no, son ejemplos de esto: la clase social, la sensibilidad, lo generacional, alguna afición, etc..
4-Un punto de unión
Hay un aspecto que cruza culturas y edades que es lo que llamamos “sensibilidad humanista”, si el punto de mira es el valor del ser humano como lo más importante, es una base común para cualquier persona en cualquier situación, es un punto de mira de los hechos que nos permite convergencia y que deja en un segundo plano las diferencias. Es una perspectiva desde la cual, seguramente todo se puede renovar y direccionar.
Pero, sin embargo hay que profundizar un poco más, porque plantear “al ser humano como máximo valor”, como punto de mira o perspectiva, puede llevar a engaños o a diferencias y dos perspectivas pueden arrogarse la interpretación correcta del fenómeno humano.
5-Experiencia y descripción
Por lo tanto hay que decir que nuestra referencia del ser humano se basa en la descripción de su experiencia, es decir la descripción de su sentir, en el sufrimiento o en su dolor, como también en su estado de felicidad. Si se describe el sufrimiento por ejemplo y se lo acepta como “hecho” sera difícil no converger, con lo que se describe en cuanto a esa experiencia, con un palestino o un israelí o alguien en situación económica de opulencia con otro en situación miserable. En este planteo la descripción de esa experiencia, vista desde lo humano como valor central, nos llevará a buscar respuestas que alivien, que atenúen, que superen esa situación y claro obviamente esas decisiones que surgen de la perspectiva de intentar curar el hecho: dolor o sufrimiento, nos inspirará a modificar posturas políticas, económicas, sociales, culturales,etc.. Por eso podemos afirmar que, ser humanista hoy, es ser auténticamente revolucionario.
6-Es históricamente posible
Nuestra propuesta tiene también un componente utópico, hay que reconocerlo, pero del mismo modo hay que decir que, no creemos que ese componente quimérico que se le pueda atribuir, sea superior a lo utópico que puede haber resultado para un habitante del siglo XIV considerar que en algún momento íbamos a poder volar como pájaros por los aires.
Esta suerte de relatividad en torno a la verdad, convive con su contraparte que es la experiencia que suele estar “tapada” por el ruido cotidiano, el rumor de los intereses y el barullo habitual pero que, de todos modos, ese sentir intimo, está muy cerca en la presencia cotidiana, aunque pueda estar lejano en el tiempo histórico imaginado.
7-Un punto de apoyo
Hay una disputa milenaria entre “el movimiento incesante del mundo” en oposición al “no movimiento y fijeza del mundo”, luego de años y años se arribó a la comprensión que ambas posiciones son acertadas y su convivencia es necesaria, pues describen hechos simultáneos de distinta amplitud.
Si la realidad se compone de elementos que son coherentes con múltiples visiones, flexibilizar los puntos de vista, aclararse y elegir la perspectiva que uno adopta para “tratar” cualquier hecho, puede ser un buen punto de apoyo para los tiempos que corren.
La perspectiva humanista, es un lugar de referencia posible y sólido para estos tiempos.
Reflexiones en torno a la verdad
martes, 18 de julio de 2017
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