La Doctrina siloista y su Mensaje ya son parte de la Historia Humana, de su pasado, presente y de su futuro. Es un acontecimiento que surgió de lo profundo de la conciencia humana, por lo tanto es parte de su evolución. Su existencia está demostrada por todo lo hecho, por su vitalidad en tantos, pero también por las oposiciones y por que no, por la marcada indiferencia.
Es cierto que muchos intentos humanizantes han sido acallados de maneras diversas y muchas veces crueles. Pareciera que las fuerzas destructivas son más y que además no descansan... Algunos ejemplos tomados al azar y sin equiparar en un ranking (tan a la moda): el asesinato de Gandhi, el de Luther King, el destino de la Perstroika, el futuro incierto de las decisiones de Mandela, el silenciamiento sistemático de las manifestaciones de Silo, la manipulación de los avances de la ciencia y también de la tecnología y tantos otros anónimos, etc., etc.
Sin embargo, qué soledad habría en el mundo sin el recuerdo de tantos hechos, de tantas acciones! Cuán importantes son esas “huellas” para el presente y para las futuras generaciones, hay opciones para hacer las cosas de otro modo, hay ejemplos de intentos hacia la humanización del mundo. La locura anti-humana ha pretendido borrar los nuevos caminos (destruyéndolos, manipulándolos, silenciándolos) pero nada de esto es tan pequeño para desparecer así!
Rechazo el descorazonamiento al que me lleva que “las cosas estén mal”, algo hay que intentar con fuerza y alegría, ese es el sentido de que estemos juntos acá...
El nuevo mito ya es embrión y su potencia dependerá de que se desarrolle en el corazón de aquellos que, ya libres de lo que fue y en una saludable renovación, se tomen de él para continuar el peregrinaje por la historia, dando un nuevo significado a todo, a la vida, a la muerte, a la ciencia, al arte, a los demás y por supuesto al propio contacto con uno mismo.
No es un espejismo, es una fuente en el oasis para los necesitados...
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