TwitterFacebookGoogle PlusEmail

Dionisíacos vs Apolíneos

domingo, 3 de julio de 2016

De diferentes maneras se ha extendido esta contradicción, al menos en la cultura occidental, ya en la antigua Grecia se definían posiciones. Anaxágoras, planteaba algo así: todo esta compuesto por múltiples elementos reunidos por el “nou” o mente. Por su parte Empédocles, afirmaba que todo está conformado por 4 elementos básicos (raíces), se juntan por amor y se desunen por odio, el equilibrio da el movimiento, la vida requiere tanto de cambio como de estabilidad y el balance entre ambas fuerzas es necesario.

También reapareció esta dialéctica en el cenit del Racionalismo con su adversario el Romanticismo, a finales del siglo XVIII. Luego y durante el siguiente siglo continuó la disputa y diversos autores se volcaron tanto hacia la primacía de los sentidos u opuestamente a la del pensamiento. Frases como: “hay que des-razonar” o “ya no hay dicha alguna que el intelecto no pueda traer a la humanidad”, muestran sistemáticamente como se estaba en orillas tan opuestas.

Esta dualidad en oposición también se expreso en términos de “idealismo” versus “realismo”.

En occidente hizo pié una cultura que sostuvo el antagonismo entre estas dos originales potencias y se lo asimiló al bien y al mal. Ésta forzada oposición generó monstruosidades con distintos signos.

Se observa, aun en la actualidad, un exacerbado puritanismo que tiene entre sus “errores” a monstruos de diferentes pelajes. Por otra parte, hay también una corriente, no libre de monstruos, “algo” más flexible o, mejor dicho, una en que los pecados se “negocian” y esta característica habilita una extendida hipocresía.
Como no mencionar también la forma socio-política adoptada localmente, planteada en los términos de "civilización o barbarie", donde se opone lo racional y ordenado, con criterios europeos, a las fuerzas "telúricas" americanas, a lo popular y orillero, etc.

Porque alguien diga que un impulso tiene que “no ser”, sólo por ese hecho, por afirmar la necesidad de su "no existencia”, no dejará de ser una pulsión. Del mismo modo que, tampoco parece equilibrado el afirmar que, por “ser tal”, entonces tiene que serlo sin más.

A estas alturas, la postura más sabia que se enseña, es la del equilibrio, la mixtión y la buena aceptación de que, la existencia cabal, es una mezcla de éstas dos fuerzas. Su peso especifico es muy diferente y hay que aportar la cantidad exacta de cada elemento para alcanzar el equilibrio. No se puede decir que sea de la misma “cantidad” porque, al ser de “naturalezas” diferentes, cada una tiene su propio “peso”.

También siguiendo conceptos de la antigüedad, podemos ejemplificar esta mixtión como de: tres partes secas, de diferente sustancialidad, más una parte húmeda.

En la búsqueda del equilibrio, en la comprensión de las raíces de estas dos grandes fuerzas, surgieron grandes producciones humanas. Obras titánicas que se direccionaron hacia propósitos bondadosos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario