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¿El Athletic o el Real?

jueves, 19 de mayo de 2016

No voy a hablar de fútbol pero si voy a utilizarlo para referirme a algo, que a mi entender está pasando y que el deporte de la pelota, lo ejemplifica.

Me refiero a una “futbolización” de todos los conflictos, desde los más intrascendentes hasta los importantes. Según mi percepción, ésto se caracteriza por algunos de estas disposiciones: repetir argumentos no pensados o sólo pensados desde una anterior y difusa adhesión afectiva, que lleva a tomar partido sin fundamentos racionales y sin deseos de tenerlos. Otro emplazamiento consiste en tomar argumentos de los formadores de opinión 1 y desde el lugar de “publico” repetir mecánicamente los decires de esos opinantes , incluyéndose así en algún bando. Estos conflictos de los que se toma partido además pueden ser muy lejanos del espacio cotidiana.

Hay que decir sobre este ultimo aspecto, de la distancia de los asuntos sobre los que se puede opinar, que muestran el caudal de información del que hoy se dispone y cómo de algún modo se van asumiendo posiciones casi a nivel mundial. Sin embargo, tomar una facción antes de informarse convenientemente o tomarla sólo por una ignorada adhesión emotiva, son características que remarco con el término “futbolización”. Ampliando esta caracterización se puede decir que, en general, la adhesión deportiva se da a partir de los contextos en los que alguien creció, no son producto de una elección más o menos racional o de un mínimo estudio. Además, algún tipo de sensibilidad también interviene en el asunto. Nadie se pregunta por qué eligió tal o cual banderín, sin embargo la afiliación es indudable.

Retomando el tema de estas adhesiones casi “deportivas” o de bandos, algunos ejemplos de estas posturas: tenemos las teorías de “complot” ante distintos eventos o la información “oficial”; la llamada “siembra directa” (la que deja el rastrojo y no remueve la tierra con el arado) contra el cultivo tradicional (arar y mover la tierra); Israel y sus derechos o Palestina y los suyos; kirchneristas o anti kirchneristas; medicina tradicional o medicinas alternativas; dieta cárnica o vegetariana; el Estado regula o es el Mercado; etc., etc. Aquí se están poniendo en un mismo nivel los temas, pero sólo con la intención de ejemplificar lo que se está afirmando, no se trata de una valoración que equipare los puntos en grados de importancia.

Estas posiciones presentan el problema de que son muy convincentes todos los argumentos, de unos y de otros, todo es fundamentado científicamente, históricamente, con testimonios, experiencias, fotos, documentos, opiniones de expertos, videos explicativos y videos que explican que los otros videos mienten, etc., etc.

Si uno se ubica en un punto neutro, surgen las preguntas ¿a quien le creo? ¿es que tengo que tomar un bando? Me siento en medio de diferentes disputas y dispongo de relatos creíbles de las distintas posturas...

Es como si estuviera ante dos hinchadas de fútbol que me incitan, pero, lo que me interesa es ver las destrezas deportivas...No tengo por qué tener posiciones ante conflictos que desconozco, no hay necesidad, aun bombardeado por información, no siento apuro por tener una posición. Por mi parte, no sé verdaderamente de la mayoría de los temas que hoy se manejan y no es falsa humildad. Sólo cuento con la adhesión a un tipo de sensibilidad que como “norte magnético” me lleva a adherir o rechazar y en muchos casos, esta manera de sentir no está representada en ninguno de los bandos...

Las "verdades" que se sostienen ocultando las razones propias que llevan a propagarla como tal, dificultan la comprensión y ese silenciar resulta como un “puente roto” ante la oportunidad de un dialogo fraterno, con otros de distintas posturas.

Será difícil salir de esto y hay que asumir que sucederá más adelante cuando se logrará converger entre tanta diversidad existente en el mundo. Mientras tanto se podrá reconocer y asumir las razones que llevan a adherir o rechazar las distintas posiciones.

Ciertamente son diversos los factores que han influido para que me embandere en una determinada posición, muchos de los cuales no elegí, factores educacionales, de ambiente, etc. Si bien esta reflexión no llevará necesariamente a cambiar la adhesión o el rechazo, sí le quitará niveles de fanatismo o de ingenuidad, en favor de alcanzar fundamentos propios.

1 Muchos comentaristas pretenden disfrazarse de “opinión pública” y sostienen sus dichos camuflándose detrás de “es lo que la sociedad está pidiendo”, logrando así integrar el podio de periodistas ejemplares en la de mala fe.

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