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Reflexiones sobre el libro La Mirada Interna (Cap. I)

miércoles, 14 de octubre de 2015

Me propuse por primera vez realizar la sugerencia de Silo, respecto de cómo abordar la lectura del libro. Es decir, “medita en profundidad y sin apuro”, sobre cada parágrafo del texto y sus palabras.

Para lo cual tuve que buscar alguna referencia sobre qué significa “meditar”, “profundidad” y “sin apuro” y cuál podía ser el procedimiento para realizarlo siguiendo la recomendación. Dentro de ésto, debía buscar en mis registros alguna referencia de lo uno y su opuesto (meditar-divagar, profundidad-superficialidad, sin apuro-urgencia), luego de informarme convenientemente sobre los significados de las palabras, busque precisar en mí algún procedimientos que significara, desde este enfoque, justamente aplicar esa recomendación del autor.

Arribe así a lo que haría: sería una meditación y no una interpretación del texto o una crítica literaria, ni una discusión con el autor, tampoco preguntarme qué quiere decir Silo con tal o cual frase. Ni siquiera sería aprender de memoria las citas o bien quedarme con la agradable sensación, muchas veces extraordinaria, que en tantos años he encontrado en sus páginas.

Definí que lo que haría sería ejercer la “libre interpretación”, para ello no pondría en duda lo que está escrito en el libro, simplemente me preguntaría sobre cómo está en mí tal o cual afirmación o frase. Por ejemplo: “Aquí hay alegría, amor al cuerpo, a la naturaleza a la humanidad y al espíritu.” En este caso el “aquí” de la meditación era yo mismo como ámbito y buscaba la existencia o estado de situación de tales afirmaciones en mi propio “espacio”.

En síntesis me plantee: Uno puede leer las meditaciones del autor y además hacer su propio trabajo en el mismo sentido.

También me aclaré la motivación que impulsaba el trabajo despejando otras posibles y que no formarían parte del mismo. No lo hacía desde cierta “deuda” con alguien o algo, tampoco por “deber” hacerlo, simplemente porque era mi deseo, lo quería hacer y además probarme que sucedía si intentaba meditar en profundidad y sin apuro, sin poner expectativas sobre adónde me llevaría ese intento.

En cuanto al procedimiento,  anotaba el nombre del capítulo en cuestión en un cuaderno, mientras leía y subrayaba sobre el libro. A veces escribía alguna de sus frases y tomaba notas personales producto de las preguntas que quedaban sin respuestas o bien conclusiones y comprensiones que dentro de la libre interpretación iba haciendo.

Por lo tanto aquí lo reproduciré de ese mismo modo, no incluiré el texto completo de La Mirada Interna, por muy buenas razones, solamente pondré el titulo de cada capítulo y la numeración correspondiente de cada parágrafo, aunque esto no facilite seguir las presentes notas. Sí copiaré algunas frases o parágrafo, estos siempre estarán en itálica para no confundir con lo puesto por mí.

Si resultara de algún interés seguir las presentes anotaciones, dado que no constituye un relato, convendrá hacerlo leyendo el libro. Por una parte para refrescar el contexto en que surgen las notas personales, que fueron hechas con desigual extensión y por otra parte contar con un cierto orden que ubique a estas consideraciones, del modo en que las fui consignando.

Por último, la presente producción, aunque resulte obvio aclararlo en esta época y contexto, lejos de ilustrar lo que Silo enuncia en cada parágrafo y capítulo del libro, solamente traducen la interpretación personal que le di y aquello que me inspiró en su momento, la lectura del Mensaje del autor, presente en el libro La Mirada Interna.


I. LA MEDITACIÓN

1. Buena cuenta me doy que tengo necesidad de convertir el sin sentido en sentido y plenitud.

Qué queda si uno saca de su vida las presiones, las responsabilidades, las pequeñas venganzas y los ensueños. Queda sólo la orientación por las necesidades del cuerpo, no necesariamente por esto aparece el Sentido.

Al Sentido lo reconozco en los “chispazos” de las risas compartidas, de las comprensiones, experiencias, ciertas acciones y en la Doctrina. En la belleza de un paisaje, un animal, una persona y en muchas de las manifestaciones de éstas.
Siento que “salgo” o “acallo” el sin sentido por factores provisorios o las “cosas de la vida”, como las comentadas más arriba, no siento mi vida convertida en sentido y plenitud.

2. Aquí o sea, en el mismo lugar donde se cuenta, hay alegría y no tristeza o gravedad. Con liviandad y no con pesadez. Es con alegría que se da el amor y este tipo de amor de la alegría se proyecta sobre el cuerpo, la naturaleza, la humanidad y el espíritu. No es con otro tipo de emoción, por lo tanto cuando no me relaciono desde ahí con esos “valores” no estoy en este aquí del que habla el autor, estoy en otro “lugar”.

En cuanto al cuerpo, no es “amor de alegría” el temor, ni la venganza, ni los reclamos a él o al mundo, ni la paranoia. Sí es el mejor “amigo” de la intención.

La naturaleza no es con amor romántico, es como con otro "amigo" con sus particularidades, no es declamado ni afiebrado.

Sobre la humanidad que se expresa en el medio inmediato, en la visión de proceso y de futuro, en el reconocimiento de sus avances y el aporte a su mejor dirección.

Amor al espíritu no es la cultura, no es el país, no es el espacio o el tiempo, ni el género o la edad, no es el cuerpo, ni la naturaleza o la humanidad, será lo que “anima”, lo que mueve, movió y moverá todo?

Uno se podrá preguntar: ¿Dónde está el espíritu en esa acción? Y dónde en esa propuesta, dónde en aquella manifestación social o artística.

Tal vez esté bien traducido, o mal traducido o no esté a simple vista, pero de algún modo está. Porque si es lo que mueve todo tiene que estar en cada movimiento desde lo más pequeño a lo más grande.

¿Dónde? Ésta es la pregunta…

Tal vez para “ver” algo que no se ve hay que mirar con otros “ojos”. ¿La mirada interna?

Cuando el espíritu se encarna en cualquier lugar y época, se hace más visible, pero aun allí sin la interna mirada, no será visto en su real dimensión. El o ella nos dirán mira allí, mira esto o aquello mira a otros. Pero sin la mirada interna veremos solo sombras, reflejos cambiantes, actos vacios, segmentos o fotos.

Me asumo en la oscuridad de aquella mirada y así quiero entregarme plenamente hasta tomarme del cabo luminoso con la pobreza de corazón que reconozco ante tanta inmensidad. Aquí debe estar mi “prestigio”, lo que me “mira” y así no confundirme con la externa mirada.

Esta humildad ante lo inconmensurable está en cada cosa, pero cuidado pues aún desde la soberbia puedo ser humilde porque miro la inmensa noche estrellada, desde mi “pequeñez” ante semejante paisaje, pero luego en el día ¿cómo trato a los otros…?

Si creo que está en todo está en todo, en la noche y en el día en lo grande y lo pequeño.

3. ¿Qué significa reniega? abandonar unas creencias para seguir otras!

¿Cuáles son las creencias que quiero abandonar?

Los sacrificios

¿Qué creencia vive en mí aún ligada a esto?

Sin dudas que hay algo ligado a “los otros”, aquello de hacerlo por ellos! A veces en pos de alguien admirado o muy apreciado. En todo caso no es válido hacer por otros a costa de mi sacrificio, es un aparente beneficio que tarde o temprano tendrá consecuencias.

Hay un hombre clavado en una cruz quien sacrificó su cuerpo por otros…

No se trata de sacrificar, se trata de elevar!

Del sentimiento de culpa

Se encadena con lo anterior, como un posible impulsor del sacrificio. También se liga a que se afecte el aprecio o la admiración. Tiene raíces familiares que mueven a estar cerca de alguien para distender. Hace mucho que no veo a tal! O tengo que llamarlo!

No hay un claro afecto en todo esto, es más bien, por una tensión emotiva que busca una distención provisoria y externa de algún modo. Además muchas veces el medio inmediato lanza sus reclamos a esa “diana” y quien más o quien menos responde movido por el sentimiento en cuestión…

Amenazas de ultratumba

Peligro latente de recibir algún mal por lo que se cree que sucede o hay después de la muerte (juicios, castigos eternos, infiernos, padecimientos).

Puedo observar que en los últimos 50 años esta creencia fue perdiendo privilegio, hay generaciones que la discuten, sin embargo debo ver cómo está en mí, mas allá de lo que se diga en el mundo…

El infierno en esta cultura aparece como lo más obvio, aunque también está la versión del dios que te castigará. Con su mirada ubicua y otras maneras de poner esas “presencias” de jueces amenazantes.

4. No se oponen… ¿Qué significa esto? y ¿cómo sería su opuesto, su “choque”?

Lo vivo la mayoría de las veces como en oposición. El yo vs. lo profundo, el registro es de oposición. Lo cotidiano a veces me aparece como en oposición e impulsa el ensueño de la búsqueda de situaciones especiales.

Quizás haga falta una conciliación entre ambos términos y creer en su convivencia y no aceptar su aparente oposición. Hay ensueños de ciertas condiciones ideales y esto puede convertirse en postergación. Seguramente las condiciones ayuden en determinados momentos a profundizar, aunque es interesante buscar la simultaneidad y no esperar…

No se puede vivir dos vidas, uno a construido su vida personal como a podido, pero en ese “como a podido” hay trampas, contradicciones, compensaciones, fugas y por supuesto buenos momentos, buenas experiencias.

Sin embargo cuando aparece otra mirada y sensibilidad se produce un choque, colisionan, con algunos aspectos de lo que se ha construido desde la ignorancia de otra perspectiva. Seguramente la vida personal en el mundo siempre mantenga una parte de cierta densidad, como las necesidades imprescindibles de comer, beber y descansar cada día, por eso tal vez hay un principio que invita a llevar las cosas en conjunto.

Pero ¿cuál es el “metrónomo” dador del pulso y de la composición de “las cosas”? ¿Es qué hay uno? ¿Hay más de uno y cambian mecánicamente?

Me parece interesante el concepto de “depuración” como previo a hacer trabajos y por qué no, como actitud en el estilo de vida. Eliminar, disipar (“difundir lo concentrado”, una imagen fija o un tema mental recurrente tiene cierta concentración, fijeza, difundir es relajar, soltar, integrar) las contradicciones son parte de lo que luego se reflejará en el trabajo.

También aparece en oposición en los momentos que uno se “desconecta” de alguno de los términos y sólo intenta aplicarse a uno de ellos, en general lo terreno. Esto lo he vivido con culpa o con sentimiento de postergación, cuando no fue olvidado.

Otras veces fue lo opuesto, pretender vivir sólo en lo eterno y desde allí creer que podía resolver lo de más acá, un nuevo ensueño…

Distintas maneras éstas de vivir la oposición. Sin embargo esta oposición aquí (en el Libro) no está!

5. “…revelación interior…” Se afirma que aquí se habla de ésto a lo que todos podemos llegar, luego de la incursión en estas meditaciones y experiencias. También se nos da el procedimiento general para intentarlo: “…cuidadosamente medita en humilde búsqueda.”

Qué es para mí la revelación interior: “bañar con cierta agua” imágenes, relaciones, experiencias y acciones que están ocultas y se me revelen con potencia.

Tengo que aclarar en mí cada una de las palabras del procedimiento, es decir:

Qué es y qué no es: cuidadosamente, con atención, delicadeza, en “campana”. Con sinceridad interna, aceptación. Asumir conclusiones o interrogantes de lo que cada objeto de meditación dispara en mí y no llegar a universales rápidamente.

Lo de humildemente me recuerda lo de “pobreza de corazón”, fracaso de las expectativas…

La “búsqueda” tiene que ver con el propósito, con algo que puede no estar muy claro como imagen visual, aunque el corazón humilde anhela con fervor. Ese anhelo no puede terminar en fortalecer el yo frustrado o en venganza o en afirmación del yo. La búsqueda está dirigida a salirse de la rueda del "yo quiero", para mí, ahora van a ver, quiero destacarme, etc.

En cuanto a medita, encuentro referencias en lo dicho sobre que se trata de advertir los propios conflictos, las raíces de estos, lo que está debajo de las motivaciones, de los intereses, etc. Se propone la revisión de lo hecho cotidianamente, como método revolucionario, pues va aumentando la atención cotidiana sobre las propias actitudes, ensueños, desvíos, motivaciones, etc. luego esta atención cotidiana retroalimenta la meditación al finalizar el día.

A mi modo de ver la frase representa, una acción precisa de varios términos combinados, en estructura, se podría desatender alguno de los elementos y desarticular ese núcleo: hacer con humildad pero sin cuidado o poner cuidado pero sin humildad.

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