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Reflexiones sobre el libro La Mirada Interna (Cap. II)

sábado, 17 de octubre de 2015

Para descargas del libro La Mirada Interna: http://www.silo.net/es/message/index 

II. DISPOSICIÓN PARA COMPRENDER

Entre diversos modos posibles, parece que hay uno específico, una especial disposición o “postura interna” para comprender en el mismo sentido, lo que aquí se transmite. De no utilizar la correcta actitud se tomaran otros caminos que alejen del objetivo.

Es necesario para mí poder despejar otros posibles modos y ubicar el que se define como “mejor”.

1. ¿Sé cómo se experimenta lo que dice? No, puedo intuirlo, reconocer chispazos que creo van en la dirección. Pero no puedo de manera cabal afirmar que experimento lo que dice. Este es mi mayor intento hasta aquí de comprender lo que propone el Libro. Se está hablando de aquello que hace libre y feliz al ser humano.

2. No vas a comprender esto discutiendo conmigo. Hay que desplazar de las posturas internas “la discusión”. No reconozco esa postura en mí, aparentemente…Sin embargo podria estar en la relativización de ciertas consideraciones o verlas simplemente como giros poéticos. También en que me queden los argumentos que me interesan o “convienen” y no los otros. Puede verse así una sutil discusión…

3. Aquí se define la Actitud Interna: medita en profundidad. Llegar a las raíces, lo que está más atrás de mis argumentos. Y sin apuro, el apuro no me deja ver las raíces, me precipito sobre conclusiones sin mover enfoques. Como si quisiera salir rápidamente del estado de duda y afirmarme en alguna conclusión.

4. Responder con viveza oponiéndose a una cosa. ¡Ahora no puedo! Primero debo hacer tal cosa…Esto es para más adelante…Algún día lo haré…etc. Toda esta discusión es en vano pues no hay un interlocutor externo ni interno. El autor no oficia de contraparte, no hará nada para convencerte, ni se opondrá, ni intentará sacarte de tu negación o postergación.

El rito interno de pretender algo, hablarle a alguien o perseguir algo, no servirá en este caso. En principio, estoy solo con mi decisión y búsqueda.

Dormir. Me sugiere algo más que el sueño, como seguir en la ilusión, distracción, autoafirmación a través de ensueños, etc. Morir. Del mismo modo, como aceptar lo dado, sin rebelión, sin evolución, sin la búsqueda del despertar.

Se trata de un dialogo entre un adulto y otro adulto. Uno, no se opondrá ni hará nada, por tanto no esperes nada de él. Si quieres tómalo, es tú decisión!

5. No me tengo que distraer con las formas o rechazarlas o esperar que sean de otro modo, tengo que tratar de captar la esencia de lo que cuenta. La discusión sobre las formas, en este caso me aleja del sentido de la meditación.

Reconozco que a veces he tenido, en cuanto a formas, el reclamo interno de ¿por qué no explica más algunos puntos? Exigiendo desde mí sentir un ejemplo o algo por el estilo. Veo ahora que es una manera de mantener la comprensión en el mismo nivel de profundidad y no ir hacia más adentro, por pereza intelectual o intenciones que no se ajustan a la propuesta.

Aunque el Libro, ofrece bondadosamente con su simple lectura referencia y orientación. En muchas oportunidades en sus páginas he encontrado alivio de malestares a los que no le encontraba salida.

¿Me agrada el fruto? Porque éste fruto es así, es utilizando la correcta actitud que van apareciendo las respuestas, orienta una búsqueda no de las respuestas mundanas que uno a veces espera encontrar. Va a lo esencial.

6. La aspiración a que se atiende en el Libro es a la búsqueda de la verdad interior. ¿Busco desde esta aspiración? ¿Cómo es en mí tal aspiración? ¿Es confusa, parcial, mundana, vindicativa? ¿Compenso algo con esa aspiración?

¿Puedo formularla, tiene carga afectiva, es deseo o necesidad? ¿Me autoengaño o auto hipnotizo?

Estoy dispuesto a enfrentarme con esa verdad aunque se me muevan “placas telúricas” impensadas. ¡Aspiro a tal cosa y que pase lo que pase...!

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