Desde la muerte que anunció Zaratustra, hemos continuado en una progresiva desilusión con ese espacio mítico, donde buscar y encontrar Guía. Las guerras mundiales dieron su estocada a todo este devenir. El “dios dinero”, de ser un mito menor, ascendió en la pirámide hasta su vértice y nos fuimos quedando con “mitos desacralizados”, como el dinero, el consumo, etc.
En un momento la ciencia ficción en los 50 y 60, alimentó expectativas que junto con la llegada a la Luna, se pusieron en la técnica y se creyó que para el año 2000 serian realidad. Finalmente esto no sucedió, al menos comparativamente.
Las tardías “revoluciones” y sus rebrotes produjeron, lamentablemente, más sangrías que avances fundamentales.
Llegaron mitos del oriente y de la antigüedad que poco a poco ingresaron en la superficialidad de las modas.
En esta atmósfera, cada posibilidad quedo afectada por la desacralización general. Aun los intentos de algunos divulgadores de la ciencia -a su modo, descubridores de un tipo de espiritualidad- no fueron “éxito” en este tiempo. Aunque si vimos repetidamente la opinión de algún deportista.
La violencia, en sus distintas formas, comenzó a mostrar a las “fieras” arrinconadas poseídas por distintos temores; éstas fueron proyectando su “sombra” sobre todo. Otros inescrupulosos, imbuidos de una aparente ausencia de ideologías, se apoderaron de las coyunturas, pretendiendo detener la dinámica histórica.
El mundo y la conciencia humana forman una estructura, cuando allí se producen cambios, por ejemplo en la jerarquía de las creencias o mitos, nada escapará de esa alteración, se “moverá” para bien o para mal a todo el conjunto. Así como al girar el caleidoscopio todas sus piezas adoptan una nueva figura y ninguna queda aislada.
Nada de esto llenó ese vacío que en distintos momentos los Mitos ocuparon. Ese lugar de protección, dador de dirección e inspiración para la vida; bondad de verdaderos guías, tanto de individuos como de pueblos.
En esta oscura noche -sin estrellas- en el cielo mítico, hemos intentado, probado y golpeado muchas puertas. Ya estamos en condiciones de saber cuáles son las falsas y también cuales son las verdaderas.
Como fuere, luego de este largo recorrido está llegando el amanecer al cielo, hasta ayer oscuro. Se está escuchando el clamor, están naciendo nuevos Mitos!
Lo que será, está en el propio firmamento interno ¡hay que animarse a explorarlo!
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