Sin la intención de abarcar todas las posibilidades, podemos individualizar entre tantas, una. Me refiero a la pretensión recurrente de alcanzar logros, que si se alcanzan, se querrán conservar. Una suerte de inmovilismo.
Esta dinámica aspira a un cierto movimiento -alcanzar algo- y contradictoriamente luego, a una suerte de detenimiento o conservación -no perderlo-. Sin embargo el movimiento que permitió llegar a un objetivo, muestra que una vez alcanzado, la dinámica que favoreció llegar a esa meta, no tiene razón por la cual detenerse, contrariamente aunque se fuerce su quietud, aún desde el propio cuerpo, algún tipo de movimiento continuará.
Se busca como ideal una cierta fijeza de las cosas, situaciones, relaciones, etc. Como si con su posible movimiento, lo estático ideal, avanzara hacia algo no querido. Que las cosas cambien, es vivido con cierto dramatismo. Otras veces no, cuando con el movimiento se aspiró a algo mejor, a salir de una situación “estática” no conveniente. Que obviamente si alguna vez es alcanzada, ya no se querrá que continúe con su movimiento, sino con su opuesto, el detenimiento.
¿Por qué este tema es encarado así? ¿Por qué se exagera? o ¿Para qué se le está quitando al relato todo objeto que lo ejemplifique? Para advertir justamente este funcionamiento de fuerzas y al observarlo desprovisto de toda anécdota o matiz creemos que resulta más fácil advertir los posibles cambios o decisiones que alguien podría considerar. Tal vez basándose en nuevas leyes que surjan desde otra comprensión.
El tema está en reconocer si se trata de modos de movernos basados en ideas que fomentan lo quieto o estático como ideal o si se trata de atender a principios anteriores a la formulación de las ideas y planteos. Hoy sabemos que no siempre las ideas se han ajustado al mejor sentir del ser humano y también podemos saber que hay principios basados en la experiencia que fueron configurando una nueva visión del mundo.
No resulta extraño advertir que las formas de ver la dinámica de los acontecimientos fueron cambiando a lo largo de la historia y las ideas fueron intentando explicar e interpretar esas fuerzas en movimiento. Cambiaron las ideas y también se fueron precipitando en el escenario nuevos movimientos o acontecimientos en constante y, a veces, veloz dinámica. Donde un elemento impulsa al otro como a dos gimnastas que tomados de sus respectivos tobillos van generando piruetas en círculos donde el movimiento de uno impulsa al otro y viceversa.
¿Qué sucedería si el movimiento fuera una manifestación del plan de la vida en los infinitos mundos? Tendríamos que adiestrarnos en la comprensión de las fuerzas, sus dinámicas y sus posibles direcciones; ver los momentos de detenimiento como una fase del movimiento y a su vez advertir que en la inestabilidad de las situaciones (perdida de estabilidad - crisis) están las mejores posibilidades para impulsarse hacia las mejores aspiraciones.
Imagen: M. C. Escher, "Reptiles", 1948.
(*) Capítulo XIII, Los Principios, "La Mirada Interna", Silo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario