Los intereses conducen la energía. Es decir de acuerdo a mis intereses en el mundo interno y externo la energía de que dispongo, es “convocada” y allí se alinea.
Esta dinámica se da de modo mecánico, es decir no intencional, pero también puede ser dirigida hacia vínculos o intereses elegidos intencionalmente.
Sin embargo, esta acumulación y distribución ya esta arreglada de alguna manera. Infinidad de factores han ido estableciendo sus ciclos, ritmos e intereses. Hay veces que todo esto no genera problemas, que funciona bien y el sujeto está de acuerdo. Pero en otras ocasiones esto no acontece y es necesario hacer algo para ordenar intereses, o bien, “soltar” cosas para que se produzca un pequeño plus de energía, que pueda dirigirse hacia nuevos intereses o bien otros que han sido postergados en el diario vivir.
Una de las formas más simples de intentar esto es el recurso de parar o “detener el mundo”. Esto suele hacerse retirándose unos días a algún lugar especial y allí, ya con cierta distancia de la dinámica habitual, revisar la propia actualidad, revisando intereses, postergaciones, etc.
Muchas veces el vínculo entre la energía y los intereses al ser muy veloz y estrecho, hace permanecer la dificultad y produce el frustrante fenómeno de que dura poco el nuevo planteo. Al volver a la vida cotidiana, poco a poco se va restableciendo aquello que existía antes y no se alcanzan a fijar los cambios que de modo ideal se plantearon en retiro.
Otras veces, pequeñas pero importantes variaciones se consolidan y las cosas mejoran notablemente, al menos para el propio sujeto.
Esta pequeña variación puede significar que esa mínima cantidad de energía que ha quedado disponible, gracias al reordenamiento o abandono de “algo” no necesario, permite el cambio de cualidad que significa pasar de un “me gustaría” hacer tal cosa, a convertirla en una actividad que comienza a desarrollarse con gusto y así alcanza a ser un nuevo interés que convoca la energía.
Estos mínimos cambios pueden lograr modificaciones importantes en el diario sentir y en la dirección vital, pues comienzan a conducir la energía hacia las propias elecciones. Algo que contiene infinitas posibilidades.
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