Pasadas tres vueltas del espiral del tiempo, los dioses que convivieron con los humanos, comenzaron a preparar las condiciones de la explosión creativa que como posibilidad se daría en el futuro. Un último giro solar y se produjo la partida del Superior y con ello el nuevo big bang comenzó como caos. Pero el “deuterio” ya estaba en los primeros segundos del nuevo tiempo, para preñar con vida cada posibilidad.
Cada “número” tiene su propia impronta y sin pérdida de tiempo trabajará en construirse. Sucederán infinidad de eventos, como muestra el origen del Universo, pero la dirección dada/recordada por el Enviado estará presente en cada partícula y la distancia que se adopte respecto de ella será indeterminada, a veces medida por el azar otras por la intención. Aunque aun la mayor distancia a la que se pueda estar respecto de la centralidad de esa Luz, la más grande oscuridad en la que se pueda entrar, orbitará tarde o temprano hacia el centro de origen de la Vida.
La presencia física de los Despiertos en el planeta, será reemplazada por el Mito, memoria viva de su existencia. Las nuevas posibilidades que en número “n” se propagan por la Tierra quedaran ante diferentes medios y condiciones, cada una dentro de su especialidad comenzará a constituirse y a ligarse a otras “células” para teñir con Vida el Futuro.
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