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El cielo (*)

martes, 23 de septiembre de 2014

Hoy la humanidad, parece desconectada de su interioridad. No explora sus regiones y desconoce la compleja “arquitectura” del mundo interior. Construcción formada por factores culturales, el ambiente social, el paisaje natural, etc.  y donde prima, sobre todo, las características que los seres humanos pueden darle a su futuro.

Además del presente, en esa interioridad, está todo aquello que podemos recordar y por supuesto lo imaginado como porvenir.

El camino que transitamos en la vida, es también, análogamente el recorrido que hacemos o no hacemos en nuestro mundo interno.

Así como el pasado está en nuestro interior y es basamento del hoy, es el futuro que imaginamos, el que nos da sentido o no lo da. El tiempo futuro es una referencia, como si se tratara de un faro que con sus destellos nos indica hacia dónde ir. Desplazando fuera del recorrido y eludiendo todo aquello que carece de la “sensatez” del futuro aspirado.

Elegir qué hacer o cómo hacer, depende de la imagen de porvenir que anhelamos y que en abigarrada mezcla de tiempos da su impronta y su tendencia.

Respecto del futuro ¿Qué necesita el mundo? alimentar la nueva espiritualidad. De la que nos habla Silo (**).

Si esto que aquí se afirma es así, es decir realizar ese "recorrido interior" hacia lo que nace, será entonces la principal acción, aunque por supuesto formen parte otras también de suma importancia. Pero ésta nueva espiritualidad será la base de una figura geométrica donde se apoyen los demás segmentos.

Advertimos que además en el mundo acontecen quebrantos naturales, de los que vamos aprendiendo, muchos trabajan buenamente en todos los campos previniendo o “curando” estos flagelos. Esta es una buena razón para celebrar.

Pero los otros factores, sociales, políticos, religiosos y personales ¿en qué manos están?

¿Qué están construyendo esas manos y para qué? ¿Hacia dónde? ¿Cuál futuro avizoran? ¿Qué paisajes recorren en su interioridad?

El "cielo" de la humanidad en estos tiempos, parece oscurecido y con alguna tormenta. Sólo aparenta tener realidad lo que pasa sobre la tierra y lo que desde "abajo" de ella, emerge con frecuencia, horrorosamente... el magma del irracionalismo!

Parece haber pocas señales de los cielos, sin embargo, si no se intenta mirar hacia lo alto buscándolas no se advertirán sus destellos nacientes …

Luego se reconocerán también sobre la tierra sus manifestaciones, ese ver y confirmar, esa retroalimentación, abrirá y construirá el nuevo “cielo” de la humanidad y las culturas se conjugaran armónicamente en experiencia.

Como en una joven danza que con infinidad de ritmos vibrará en los corazones humanos!
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(*) Cielo, esta usado como una imagen síntesis más o menos universal de futuro abierto y luminoso.
(**) 4 de Mayo de 1999, Trigésimo Aniversario del Movimiento Humanista.

Extracto de Palabras de Silo con motivo del acto recordatorio del trigésimo aniversario:

“Pero los triunfadores de hoy no tienen asegurado el futuro porque una nueva espiritualidad comienza a expresarse en todo el mundo: no es la espiritualidad de la superstición, no es la espiritualidad de la intolerancia, no es la espiritualidad del dogma, no es la espiritualidad de la violencia religiosa, no es la pesada espiritualidad de las viejas tablas ni de los desgastados valores; es la espiritualidad que ha despertado de su profundo sueño para nutrir nuevamente a los seres humanos en sus mejores aspiraciones.”

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