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Flujo y reflujo

jueves, 14 de agosto de 2014

Cómo se explica que cada tanto aparecen personas que vuelven a plantear cosas similares respecto de la acción, del sufrimiento y el sentido de la vida y en general sobre temas universales.

No tengo una respuesta, pero intuyo que tiene que ver con un cierto olvido y con la incapacidad que aun tenemos, de utilizar toda la historia humana como memoria propia y presente. Una bastedad que aun no asimilamos profundamente, seguramente como un estado joven de evolución de nuestra especie…

Para no tocar creencias particulares de una cultura o religión, tomaremos un ejemplo que no compromete esas cuestiones sensibles. Utilizaremos simplemente lo que conocemos como trato a los animales.

En los albores de la primera religión monoteísta hace 2700 años, los animales “pedían” a Zarathustra que los ayudara pues, “tenían un alma y eran maltratados y asesinados”.

Qué decir de la tradición oriental al respecto, desde India, por ejemplo, se ha predicado además con ejemplos sobre este tema, desde hace miles de años.

Decía Mahatma Gandhi: “Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales”.

El filosofo alemán Shopenhauer a comienzos del siglo XIX, se ocupa fervientemente del tema en sus escritos, que se propagan en Europa. Decía: “El hombre ha hecho de la Tierra un infierno para los animales”.

Más cercanamente y por la reaparición, luego de un largo sometimiento, de la cultura aborigen de estas latitudes, conocemos su concepto de equilibrio o relación armónica con los diferentes ordenes de la vida.

Hoy esta tendencia está emergiendo con diferentes manifestaciones que, a lo largo del mundo, se hacen sentir. Militan contra el hacer ropa con la piel de animales o por matarlos para alimentarnos o esclavizarlos en un circo, incluso los zoológicos están monitoreados y denunciados en algunos casos por el trato que reciben sus “prisioneros vip”. También se manifiesta el fenómeno en el sostenimiento de algunos tipos de alimentación que responden a ese cuidado de lo animal…

Finalmente, creo que la “Humanización de la Tierra” que trasmitiera Silo, es una sensibilidad integral que proyecta lo que se experimenta en sí mismo y sobre los demás seres humanos y que sin solución de continuidad se proyecta sobre la vida toda.

Cuando esa secuencia se pierde o se borra algunos de sus elementos, es decir, una “estructura” amputada en algunos de sus componentes, no es legítima y no se inscribe en los grandes mensajes que nos han llegado a lo largo de la historia.

Porque también hay antecedentes del énfasis parcial en algunos de esos aspectos o la inversión de esa escala y hemos conocido monstruosidades de concepción y aplicación.

Los que hemos citado como referencias en este escrito, se ocupan del ser humano y la vida en general y desde esa amplitud nos llegaron sus Mensajes y reflexiones.

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