De las diversas acepciones que le provén los contextos y que le dan matices a su significado, hay uno que creo se ajusta más al enmarque que aquí se está poniendo.
Me refiero a cuando se plantea que ciertos tonos pueden ser: inoportunos, desacertados, inapropiados para algún trabajo específico. Si bien aquí esta expresado en negativo podemos plantearlo al revés, o sea, en positivo se tratará de un tono oportuno, acertado y apropiado.
Sin embargo, es difícil ubicar el tono cuando uno no lo conoce o bien no está suficientemente familiarizado con el mejor para cada ocasión.
En medio de otras imágenes, tonos y en definitiva toda la inercia de temas de los que uno viene al sumarse a alguna situación con otros, todo ello, está generando un trasfondo de ruido que compite soberanamente con el intento voluntarioso de poner en el centro, el tono oportuno para la ocasión, en el caso de que uno lo conozca.
Por tanto puede resultar más sencillo plantearse la revisión de todo lo que no es parte del tono interno oportuno e intentar quitarlo, de manera que por descarte, irá quedando lo mejor para la situación o como minino una cierta neutralidad. En este sentido aclararse todo lo que “no es” puede ir desnudando el correcto emplazamiento, del mismo modo que lo hace el artista al quitar trozos de mármol para que surja la bella escultura.
En síntesis, a veces el quitar es el camino para hallar…
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