En los últimos tiempos se viene experimentando y observando gran irritabilidad y malos tratos en una escalada de la que no es fácil determinar su desenlace o distensión…
Se ve en la calle, se ve en los medios de difusión, entre periodistas, políticos, deportistas, etc. Por tanto, no es atribuible a un solo sector de la sociedad.
Hay infinidad de razones para que esta crispación esté tomando la cotidianidad citadina, de entre las que más se mencionan, tomaré algunas como ejemplos, sin hacer una ponderación de ellas:
una “grieta” entre sectores, falta de dialogo; inflación económica, lo que se gana no alcanza, los grandes supermercados nos roban con sus aumentos; los cotidianos reclamos de grupos que cortan el tránsito y perturban, el desplazamiento en horario, de parte de los tres millones de habitantes y de otros tantos que viven su día laboral en esta geografía; la inseguridad y todas sus manifestaciones, que además de lo que cada uno pueda ver en la calle (si lo ve), desde los medios de difusión inundan los hogares, ofreciendo una especie de ubicuidad que expone a múltiples casos, además de ir “aprendiendo” cada vez más de derecho penal; los impuestos y su ente recaudador; cómo se compone el seleccionado nacional del deporte más popular y en general las vicisitudes de cada equipo en el campeonato.
Finalmente, el ruido constante, que como mar sin armonía acompaña cada segundo…
Estos son algunos factores que hoy destacan, no se trata afortunadamente de terremotos, tsunamis, pestes o cualquier otro terrible accidente natural, se trata básicamente de problemas de convivencia, de espacios compartidos, de trato, de choque de intereses, de estados de ánimo, de frustraciones más o menos presentes, etc.
En esta atmósfera, cada vez más, avanzan sucedáneos para relajarse que van desde las bebidas alcohólicas, pasando por las drogas oficiales y por supuesto las no legales. Toda la “industria del entretenimiento” que intenta hacer su parte, en este intento de aliviar-adormecer a la población que roza zigzagueante el desborde.
En todos los casos, hay para todos los gustos y bolsillos!
Lamentablemente aquello que relaja a través de la química o la distracción, aunque efectivamente en alguna medida, lo hace, no tiene la profundidad que si da la propia reflexión, el dialogo sincero y abierto, el intento de mejorarlo, etc. Es como si sólo se dejara de ver algo que no gusta, pero, al otro día se vuelve a ver sin resolverse y así siguiendo, sin alcanzar la raíz del conflicto e intentar darle una salida…
Se trata de una realidad humana, que se experimenta y es más intensa que toda estadística, que todo cálculo, que todo bando. No se puede subestimar la relación con el cuerpo y la realimentación que hay entre él, la “cabeza” y las emociones…
Buenos Aires no duerme bien! No está descansando bien gran parte de su población, bien porque lo hace pocas horas, bien porque carece de calidad el descanso.
Tal vez sea una propuesta ingenua, pero creo que simplemente es de sentido común, algo simple para asegurar un piso de equilibrio aceptable para acometer la cotidianidad, que por supuesto, requiere de muchas otras decisiones.
Hay muchas cosas para hacer, pero, en ésta tal vez nos podemos poner de acuerdo: no perturbar el sueño de vecinos e intentar un relajado descanso…
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