RAE (Del lat. refugĭum).
1. m. Asilo, acogida o amparo.
2. m. Lugar adecuado para refugiarse.
«El refugio es un recurso contra la aflicción, la indigencia o el riesgo. El asilo es una protección, una defensa contra la fuerza y la persecución. Busca la nave un refugio en cualquier puerto, huyendo de la tempestad que la amenaza; busca en un puerto amigo o neutral un asilo, huyendo de una fuerza superior que la persigue, etc.»
En este contexto, me preguntaba cual es mi “refugio” si es que lo tengo o su equivalencia psicológica. Considerando que, no se trata de un excelente lugar, sin embargo da protección de algo…
Si bien es cierto que ofrece cierto “abrigo” impide salir hacia otros destinos, en caso que la relación de fuerzas “agresivas” y mi confianza no varíe…
Esta variación como se dará?
Se cansarán en su acecho tales fuerzas y se retiraran?
Aumentará mi autoconfianza y saldré?
Aparecerá alguien o algo de lo que aferrarme y, aunque establezca dependencia psicológica, sentiré la ilusión de dejar atrás el abrigo y sus limitaciones…
Me diré, más vale malo conocido que bueno por conocer?
O es que no tengo un refugio? Hay algo en mí con “sabor” a tal cosa?
Si es cierto que hay un mundo por ganar o conocer, qué me impide ir hacia él?
Qué me indigna y qué me consuela, defendiendo qué o criticando qué, me siento “realizado”?
Ese refugio es también un encierro? Tendrá una puerta de salida? Conozco toda sus paredes y la amplitud de su dimensión?
Será que es el fracaso de las expectativas que en él puse, la única salida?
Será que puedo romper su solides, sin afectar sus sutiles mecanismos?
El agua que en distintas cantidades a veces a caído ha modificado su estructura o sólo ha dejado humedad temporaria en sus paredes?
Si es que el agua puede penetrar la piedra y conectar espacios, como lanzo diariamente el intento convertido en gota?
No hay comentarios:
Publicar un comentario