Una reciente experiencia me llevo a evocar los comentarios hechos por Silo, en distintos momentos del 2010. En un intento de profundizar y captar elementos que sean parte del concepto con el que se caracterizó un modo de emplazarse ante los nuevos tiempos, emprendí este escrito.
En este contexto me surge a modo de testimonio una vivencia que ubico dentro del horizonte que se describió a partir del título de este escrito.
Se trató de la experiencia de ser parte de un grupo de estudio, donde cada participe hizo su aporte desde la paridad y encaramos un estudio complejo, del cual conocíamos partes, aspectos, pero no la totalidad y menos su aplicación práctica.
Luego de una serie de encuentros logramos avanzar y comprender en buen grado temas desconocidos. Cada saber era potenciado y exigido por el funcionamiento del grupo, buscamos que los temas sean abordados con fundamento en base a los textos utilizados, esto llevo a sus componentes a profundizar buscando lo mejor para el desarrollo de ese conjunto, es decir, que la información que a un individuo parecía bastarle para su propio conocimiento, el medio que significó el equipo, lo llevó a la búsqueda de comprender más y a superar, lo que antes en su individualidad, era un “techo” de saber.
Por lo tanto cada individuo mejoró respecto al punto inicial desde donde partió gracias a ese conjunto. Empresa que de alguna manera estaba pendiente en el aspecto personal y desde donde se veía como “algo” para encarar en algún impreciso momento futuro.
En un contexto donde se comprueba día a día la falibilidad de los individuos, comprobación de la que se podría inferir, que lo singular no importa, por el contrario cómo negar que desde lo ejemplar, muchos individuos han contribuido y contribuyen inspirando la acción humana.
Pero, pienso que se corrobora que esa pretendida “individualidad descollante”, fue una falsa creencia que alimento el ensueño de épocas, es esa creencia la que hay que abandonar para ir al trabajo en equipo, al trabajo conjunto y éste claramente está llamado a liderar los nuevos tiempos, simplemente porque es así como funcionan las cosas.
Quiero decir, creo que siempre fue una suma de cosas las que ponían a un individuo en cierto pináculo y la creencia del “poder individual” escamoteó esa realidad, luego ese espejismo llevó a no pocos errores y también a desastres.
Con lo cual y sintetizando, como experiencia, se confirmó que: los conjuntos mejoran a los individuos (2).
(1 y 2) Proclamas de Silo del año 2010.
Una audacia del pensamiento (1)
sábado, 7 de junio de 2014
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