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domingo, 8 de junio de 2014

Viajaba en un trasporte público, esta vez cómodamente sentado, sin urgencia pues llegaba a tiempo al lugar al que me dirigía. Un agradable sol de un día despejado de otoño, me entibiaba a través de la ventanilla y mientras paseaba mi mirada sin destino fijo sobre la ciudad, su vida y su gente, tuve la certeza por un instante, que era evidente que de todo ésto que veía, algo continuaba…

Es un hecho, pensaba, que hay algo en la vida que no se detiene, que se renueva en sus manifestaciones y que perdura, más allá de los particulares y diversos fenómenos.

Me pregunté respecto de esa continuidad incesante:

¿Qué hay en mí que tenga que ver con eso? ¿Qué hay en mí que tiene continuidad más allá de éste espacio y éste tiempo? ¿Qué veo en el presente que viene de lejos en la historia y que renovado y fresco está aquí y ahora y también estará más allá de mi tiempo, en algún mañana?

Al surgirme algunas respuestas, advertí que hay múltiples matices que se pueden reconocer en la actualidad, y a veces al intentar comprimir todo esto, caemos en exageraciones o generalizaciones o extremas simplificaciones, luego continué…

Si voy descartando todo aquello que sé que no tiene continuidad, descartando una a una esas cosas, me quedan en principio: el saber y el conocimiento que se ha ido acumulando generación tras generación, también la posibilidad de influir favorablemente en el proceso de la vida, vida que a través de millones de manifestaciones incesantes muestra una Intención…

Descubro que eso ha estado, está y estará en otros y en tantos…como un tejido o red que lo cubre todo. Quizás se trata de eso…de aferrarme a esa amplitud, para hacerlo me desidentifico de éste aquí y ahora y me “fundo” en esa común identidad, inmaterial y trascendente…

Este planteo me da sentido, alegría y certeza de continuidad, aunque claro por unos instantes dejé de ser yo…para ser un nosotros en un ahora sin tiempo…

Luego, permití que esa “belleza” entre a mi corazón y me alegró el día!

Continué con mis actividades diarias, envuelto en una cálida sensación que surgía desde el interior y que rodeaba a mi cuerpo…

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