Todo intento de volver al pasado para revivirlo de algún modo, sea con la pretensión de restaurarlo en el presente o para vengarlo desde el presente, tiene resplandores de monstruosidad...
Toda intento de restauración (volver a establecer un régimen) del pasado es inversión de la dirección creciente. Ésta tendencia quiere volver a vivir como antaño y el modo es, intentar “restaurar” aquellos valores en el presente.
Por ejemplo, antes se podía hacer tal o cual cosa o cuando estaban aquellos sí que se estaba bien, etc. Hay muchos ejemplos de este tipo, quizás menores e inofensivos aunque suman a una atmósfera que hace “resistencia” al futuro…
De mismo modo ejercer venganza en el presente, pretendiendo así castigar alguna herida pasada, es una inversión de la dirección del impulso vital…
Sin embargo ahí estoy, con el pasado en el presente y yendo hacia el futuro. Cuál es la fuerza adecuada para neutralizar esas dos tendencias mencionadas: La reconciliación.
Integrar recuerdos que, en algunas ocasiones, regresan como en “lenta digestión” dando una señal de alarma…
Poner el pasado en presente, a través de algún trabajo de reflexión, para comprender, reconciliar e integrar aspectos de la memoria, desde la más intima sinceridad. Aun como acto mental, o sea realizado en mi interior, tendrá consecuencias hacia los demás…O es que mi vida no está mostrando que esto así ha funcionado?!
Por otro lado, las experiencias que identifico con “lo espiritual”, si bien pueden estar asociadas a recuerdos de mi memoria biográfica no me refieren a un tiempo pasado, sino a otro tiempo, que como una “luz” intermitente acompaña mi vida y tal vez la oriente hacia el mañana, si acepto y quiero dirigirme hacia ese “tiempo” y hacia ese “espacio” …
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