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Contextos

jueves, 12 de diciembre de 2013

Si el ser humano vive en "situación", es decir, está influenciado por el medio histórico y social, como contexto más amplio. También por su entorno más inmediato, familia, barrio, ciudad. Finalmente por todo aquello que hace a su individualidad, cuerpo y sus características, experiencias, formación, etc.

Entonces, no es un tema menor estudiar las características generales de estas influencias, dado que todas ellas, sin ser insuperables, dicen mucho de la conducta en el mundo de los individuos y los conjuntos. 

Estudiar implica no repetir simplemente, formulas acuñadas y pensadas en otros contextos espacio temporales intentando hacer un traslado mecánico a la situación actual. Considerándolas a estas, muchas veces recetas perimidas, como normas o indicadores de “normalidad” o corrección. 

Sin entrar en discusiones interminables y en la infinidad de variables que se pueden esgrimir, tanto como fundamentos de lo que aquí se dice, como de oposición a lo expuesto, debemos encontrar algunas líneas muy generales, que sin duda son importantes en el momento actual. 

Si se pudiera modificar conductas en los niveles más altos, donde están aquellos que son responsables y generadores de la “atmósfera social”, se podrían revertir tendencias de grupos e individuos. 

Ante preguntas sin respuestas definitivas o bien sin contestaciones del nivel que le corresponde, se dialoga en los medios masivos de difusión, tratando de responderse desde distintos intereses a cuestiones como: ¿qué pasa? ¿Por qué la violencia? En el fútbol, en los barrios, en las escuelas, familias, en el país, etc., etc. 

¿Qué o quiénes han generado esta atmósfera social de violencia? 

Sin la intención de buscar culpables, sí interesa determinar lugares de responsabilidad, para iniciar desde allí cambios, si hubiera interés. 

Es cierto que la mundialización borronea los límites de las naciones, y sus habitantes comienzan a ser ciudadanos del mundo desde donde se reciben y dan influencias, pero todavía se mantiene la convivencia en ciertos espacios y con ciertas reglas que llamamos países, donde por supuesto hay múltiples códigos culturales que nos dan una identidad. 

En este contexto, no es menor lo mencionado en el párrafo inicial sobre los niveles de influencia, estar de acuerdo con eso y comenzar a utilizarlo, cada cual en el nivel que le corresponda, es parte de la solución, pues se trata de definir las coordenadas correctas para hacer una ponderación y plantearse medidas de cambio. 

Nada será interesante mientras que los que cuentan con mayor poder de influencia, no hagan su autocritica y los cambios que correspondan, porque aunque ellos no dejan de sentirse individuos como todos, la llegada de algunas de sus acciones es masiva y afecta la vida de millones de ciudadanos. 

Si ellos se excluyen en el análisis de lo que sucede, como si estuvieran afuera del mundo violento que ven, ese solo emplazamiento ya está mostrando una contribución a la atmósfera de violencia, aun sin considerar otras acciones. 

Por supuesto que aquí no estamos incluyendo a aquellos que no les importa la atmósfera de desencuentro y violencia a la que aportan con su comportamiento. Esos que creen obtener algún tipo de beneficio de ella. 

Sólo pensamos, si es que los hubiera, en gentes responsables y que les interesa mejorar las cosas para todos. 

A ellos intentamos hacerles llegar este mensaje y la humilde y silenciosa propuesta de que lean algo de lo dicho por Silo. (*)
Ni siquiera es necesario que lo hagan público, ni que se “conviertan”, simplemente que se abran a su lectura y a la consideración de su visión y de sus propuestas. 

Sin un correcto análisis no habrá salidas acertadas, sin una atmósfera favorable no habrá respuestas benéficas. 

Cuando la perturbación del ser humano alcanza niveles extremos, surgen con fuerza de su interior respuestas, estas tenderán a ser análogas al clima social en el que se vive…


(*)En la presente nota destaco la siguiente Arenga:
Palabras de Silo con motivo de la primera celebración anual del Mensaje de Silo
Punta de Vacas. 4 de Mayo de 2004.
http://www.silo.net/system/documents/21/original/2004.rtf

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