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Los ilusionistas

martes, 29 de octubre de 2013

Me encontré con un viejo revolucionario que conocía desde hacía varios años, aunque no lo veía con frecuencia. De casualidad, como tantas otras veces, me tope con este hombre ya mayor, que muchas veces había encendido en mi cierta pasión política, en esta ocasión su apariencia era taciturna.

Como siempre, lo saludé con entusiasmo y lo invité a conversar, nos sentamos en un bar y luego de los usuales temas de rigor, le pregunte cómo andaba.

Mi pregunta fue como si hubiera apretado una tecla “play”, es decir, comenzó a hablar frenéticamente, como quien tiene algo que decir y desde hace días, no encuentra interlocutor.

Me dijo algo así:

-Cómo quieres que esté!?

Lo mire con cierto desconcierto y sin atinar a decir palabra, porque ya intuía que no esperaba una respuesta.

-Como quieres que esté un revolucionario en un país y en un mundo que parece no querer una revolución!!!

Mi cara seguía igual, atento y desconcertado pero ya sabiendo que él iba a seguir preguntándose y respondiéndose, con lo cual me relaje.

-Vos dirás, que con todas las necesidades que hay en materia de vivienda, salud, educación, la gente vive en una realidad que desean que mejore y que en ellos late las ansias de un cambio profundo.
Pues te digo que no es así, acaban de pasar unas elecciones y lo único que veo es que una vez más “los ilusionistas”
(así los llamaba) se salen con la suya…Cada vez con menos propuestas serias de cambio y más “efectos especiales” se instalan como marcas de jabón.

-Hay algunos que luego de treinta años, festejan logros alcanzados a costa de renunciar -al menos públicamente- a su identidad revolucionaria para lograr un mínimo de aceptación.

-Es esto lo que tiene que hacer un revolucionario?

En este punto me había convertido en una “oreja” que esperaba pasen los borbotones de preguntas y respuestas que el mismo manejaba sin esperar nada de mi parte.

-Si me siento un revolucionario y para ser aceptado, renuncio a mis postulados, en que me convierto?

-Supongamos que digo: bueno me adapto externamente para que me voten y después ya verán con lo que me salgo…
-Pero qué garantías tengo de que una vez “adentro” no comience a defender mi nueva situación?

-He conocido a muchos idealistas que una vez que llegaron a algo, con el paso de los años, van dejando esos deseos como cosas de juventud o bien como imposibles…

-También se dice que la política se ha modernizado, ésta es la de siglo XXI y esto que significa?
-Significa usar tecnología, no llevar corbata, coquetear con el deporte y la farándula y no mostrar más ideología que “trabajar por el bien de todos”.

-Cuando a cada una de esas palabras le caben distintas interpretaciones y éstas, desde dónde se dan si no es desde una ideología?
Qué es "trabajar"? Qué es "por el bien" y qué es "bien"? Quiénes son "todos" y en qué orden? Etc. etc.

-Si recorres una ciudad, es decir usas el transporte público, los hospitales, etc. y vas con la expectativa que genera la publicidad política, vas a recibir un choque pues advertís que crean una ilusión que no se corresponde con lo real y luego parece que la gente aunque vea que no es verdadero lo que le dicen con la propaganda, prefiere seguir viviendo en la fantasía, pues piensan: parece que sólo yo me doy cuenta, así que mejor disimulo, no digo nada y sigo…

-Alguna vez escuche hablar de “hipnosis negativa”, es decir te hipnotizan y te hacen creer que arriba de esta mesa no están las tazas de café, luego te piden que abras los ojos y no ves los pocillos…

Por eso digo que  los políticos son unos ilusionistas, pero también todos los que hacen la “vista gorda”.

En este punto, me aseguré de que seguía viendo lo que estaba arriba de nuestra mesa y confirmar así, que no estaba afectado por el truco que mencionó. Como para darnos un respiro le ofrecí otro café y luego me levante hasta el baño…

Ya de regreso, continuó…

-Entonces, si la gente que está necesitando un cambio profundo no lo quiere a quién le hablo como revolucionario?

Buscaba por mi parte poder ensayar alguna respuesta que le diera salida y lo tranquilizara un poco, pero no me parecía útil ningún comentario del tipo: bueno ya las cosas se arreglaran o no es tan así, etc. pues no era más que una frase, es decir, en caso que me pida que se lo fundamente no tenía mucho respaldo, ya que me había sorprendido con el planteo…

-Creo que, desde el 99 se cerraron los sueños revolucionarios tal cual yo los concebía y a mí me ha costado renovarme, creo que esto significa, que no hay que perder las ganas, pero uno debe encontrar nuevas imágenes, aceptar cambios en sus “sueños”, pero aun no encuentro con claridad estos nuevos horizontes y parece que a veces aquellos viejos ideales vuelven como el pasto masticado en la digestión de la vaca…

No sabía porque mencionaba ese año 1999 y no le pregunte nada sobre esto, pues ya me resultaba evidente que estaba pensando en voz alta y yo sentía que se estaba acercando a una salida, al menos para él…

-Tal vez hay que renovar los ideales, quizás se trate de ir hacia la creación de conciencia sobre cosas importantes, que la gente las va aceptando y reconociendo, como la ecología, la no violencia y denunciando la violencia en sus distintas formas, el peligro del desastre ecológico, de las guerras, la búsqueda espiritual y las reivindicaciones sociales inmediatas, casi de barrio.
Esto por una parte y por otra, dirigir los deseos revolucionarios hacia la transformación personal y revolucionarse uno mismo…


Sorprendido le digo, no me digas que te has convertido en místico!?

-No, no lo soy pero creo que puede ser una buena opción, volcar adentro todo el potencial de deseos de cambio, así llevar la revolución a algún campo y que no se apague esa llama que te hace sentir vivo…

Puede ser que la ilusión que generan estos magos en algún momento se rompa y mejor estar ahí dispuesto a “patear el tablero”, por el contrario si me resigno a lo que parece ser hoy el mundo, algo muy adentro mío se apaga, se esfuma, se queda sin un "para qué", sin un sentido…


Ya los dos en silencio y en calma, veía su mirada profunda y se podía notar como se había “centrado” en una resolución para su vida o tal vez para el resto del día, no lo sé…

Nos despedimos amistosamente y una vez más cada uno se fue para su lado. Nuevamente fui “abducido” por las urgencias del día y todos los pensamientos que esa charla provocaron en mí, se evaporaron rápidamente, tenía que llegar a pagar la TV por cable antes de que cierre…

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