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Sobre Mitos

martes, 31 de diciembre de 2024

Síntesis


Este escrito surgió en el contexto de un grupo de estudios sobre los “mitos raíces”, donde la temática, la información complementaria y los intercambios me estimularon a ir fijando algunas imágenes y conceptos durante los meses en que nos reunimos.

Resumen del trabajo

Iniciamos este proyecto con encuentros quincenales dedicados a la lectura de Mitos Raíces Universales de Silo. Nuestro objetivo fue profundizar en el estudio de los mitos universales, y para ello complementamos cada reunión con la búsqueda de información adicional sobre los contextos geográficos y culturales de los pueblos mencionados en el libro (por medio de textos, documentales y otros recursos).

Los encuentros se llevaron a cabo desde el 16 de abril hasta el 11 de noviembre de 2024.

Lo que más me resonó en nuestro estudio e intercambios:

-Distinción entre historia y mito: Vimos que las narrativas históricas y las míticas no siempre coinciden. Aunque a veces pueden entrelazarse, cada una responde a necesidades y estructuras distintas.

-La geografía de los mitos: Identificamos una franja geográfica precisa, situada al norte del ecuador, que produjo mitos de gran impacto, los cuales trascendieron fronteras y épocas. Aunque existen otros mitos en diversas partes del mundo, no todos alcanzan el nivel de "mitos raíz".

-La profundidad del mito: se pudo captar mejor dónde “resuena” lo mítico. Los mitos tocan una capa visceral, que responde a las necesidades más profundas y no racionalizadas, desde lo básico (agua, alimento, abrigo) hasta los temores, esperanzas y respuestas a las preguntas esenciales de la vida. En este sentido, el mito actúa en una capa casi instintiva, conectada con lo que Silo denomina "necesidades profundas."

-Los mitos y el individuo: Para quienes buscan profundizar en el estudio de los mitos, resulta útil observar cómo los mitos y las creencias actuales actúan dentro de uno mismo. Este análisis ayuda a "hacer visible lo invisible", revelando las fuerzas internas que impulsan la conducta y que, a menudo, afectan nuestro estado de ánimo.

-La creación de nuevos mitos o antimitos: ¿Puede alguien con una mente brillante desarrollar mitos o antimitos que respondan a la época actual? Es posible, pero un mito no impleta en lo social sin antes ser sentido en la base social. La creación de un mito requiere que conecte con la experiencia de una gran parte de la gente.

-El ir y venir de mitos y antimitos a través de la historia: A lo largo de la historia, ciertos mitos han desplazado a otros. El mito cristiano romano, por ejemplo, fue jaqueado por el antimito de la razón y las revoluciones sociales, y a su vez este fue desplazado por el individualismo, el dinero y el progreso material. En cada etapa, los héroes y figuras de estos mitos y antimitos reflejan los valores de su tiempo. Estos “desplazamientos” no ocurren por azar, sino porque los elementos que cada mito aporta ya estaban “vivos” en la sociedad. Como escalones o cuerdas, estos mitos ayudan a las sociedades a avanzar hacia lo que perciben como mejor.

-La vigencia de los planteos de Silo: Las ideas de Silo parecen haberse adelantado al “sentir” de las sociedades, pero hoy parece que cada vez más personas se acercan a una sensibilidad en sintonía con las propuestas del siloismo. Algunos de estos argumentos incluyen: la negación del éxito individual como único fin, la importancia del trabajo y el intercambio conjunto, el trato a los demás, el cuidado del planeta para una mejor calidad de vida del ser humano y la búsqueda de sentido en la vida.

Aunque estas ideas están creciendo en aceptación, los poderosos parecen aferrarse a mitos más tradicionales, como el individualismo extremo, el progreso material a toda costa, la meritocracia, etc.

Conclusión:

En este contexto, surge la necesidad de promover un ‘antimito’ que, más que oponerse al mito actual, actúe como una alternativa que intente un equilibrio de las fuerzas de la época. Nuestra intención es hacer oír estas ideas por todos los medios posibles dando una opción diferente que contemple las necesidades colectivas y el bienestar para todos.

Puede ser considerada una “utopía” sin embargo, preferimos ubicarlo como Mito, quitándole el componente de “irrealizable” asociado a las utopías.
El siloismo cuenta con un mito social: Nuevo Humanismo o Humanismo Universalista y un mito espiritual y trascendente insinuado en El Mensaje de Silo.
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Anexos:

Se incluyen diferentes textos que surgieron en el contexto de la temática de los mitos. Al final y luego de un breve rastreo de “héroes”, se incluyen algunos nombres sin otra valoración que la de encarnar distintos mitos.

Una de las hipótesis sobre los mitos, es que fueron escritos por distintos individuos a lo largo de diferentes épocas. Se me ocurrió este ejercicio como para entrar en “vena” y plantear algunas tensiones vitales en formato alegórico.

Del laberinto a la vida

Rítack se detuvo después de incontables intentos. Se encontraba perdido en el laberinto, un enigma de pasillos retorcidos y encrucijadas sin fin. Había probado todas las rutas posibles: la salida a la derecha, custodiada por el león que aparentaba indiferencia pero que, en realidad, se alimentaba de la inocencia de quienes confiaban en él; el camino del medio, con sus sombras susurrantes que robaban tiempo y esperanza; e incluso la salida trasera, donde la oscuridad se camuflaba entre espejismos luminosos, atrapando a los incautos en una vida ilusoria de encierro perpetuo.

Rítack se tomó un día para reflexionar sobre sus opciones. Agotadas sus posibilidades, pidió desde el fondo de su ser mirando hacia las alturas, que estaban sobre el laberinto, luego de unos instantes ya bajando la vista, vio un destello en la arena: era un pequeño espejo con marcos de oro. Cada vez que se reflejaba en él, su imagen se hacía más diminuta, hasta que se dio cuenta de que su cuerpo también se encogía proporcionalmente. Así, reducido al tamaño de un alfiler, comprendió que podría pasar desapercibido ante el león.

Corrió velozmente hacia la salida, manteniéndose pegado a la roca hasta que fue él, en su diminuta forma, quien le dio la espalda al león. Liberado del laberinto, comenzó a vivir una vida auténtica, libre de las trampas y engaños que había enfrentado. Sin embargo, su liberación no estaba completa. Aunque ahora conocía el camino hacia afuera, no podía ignorar a los demás que aún estaban atrapados en el laberinto de la vida anterior.

Con la ayuda del espejo, volvió a reducir su tamaño y regresó al laberinto, invisible para el león. Intentó ayudar a aquellos que se cruzaban en su camino, pero muchos no reconocían su encierro o se resistían a aceptar la realidad. Por más que los pusiera ante el espejo, nada sucedía.

Rítack comprendió entonces que su propia liberación comenzó con el reconocimiento de su propia prisión y el sincero clamor interno por una salida y fue ese acto que le dio magia al objeto (espejo).

Se preguntaba cómo podía ayudar a los demás a alcanzar ese punto de quiebre, ese momento crucial en el que la verdad se revela y la liberación se vuelve posible
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Hechos y relatos

Los relatos religiosos son constitutivos de las organizaciones espirituales. A menudo, estas narraciones se adentran en la Historia, pero no siempre se ajustan a la información proporcionada por los estudios históricos.

Son parte integral de un campo donde se sostienen por creencias y mitos. Así, estas “exposiciones” y sus datos pueden estar ausentes, parcial o totalmente, de las informaciones que la ciencia y sus hallazgos proveen.

No se plantea aquí una disputa entre la religión y la ciencia. Solo se intenta aclarar los ámbitos. Es importante entender que a veces se habla de Historia y a veces de una narración. Los relatos religiosos tienen su propio valor y propósito, independientemente de su precisión histórica. Son medios para transmitir enseñanzas, valores y experiencias.

Reconocer esta diferencia nos ayuda a valorar ambos ámbitos, sin exigir necesariamente que uno se someta al otro.

Aquí, una narración, que cumple con la caracterización anterior:

Hace ya miles de años, los miembros de la doctrina del despertar, en medio de piedras y cuevas, definieron a grandes rasgos los pasos que seguirían en su sagrada misión. Ya habían dotado a los “primeros” del manejo del fuego, así, el proceso estaba en marcha…

Se distribuyeron misiones: algunos se quedaron y otros partieron muy lejos. Algunos de los viajeros, guiados por la luz, se asentaron en el Medio Oriente mientras la mayoría avanzaban siempre hacia el Este, siempre hacia el amanecer, siguiendo el llamado celestial...

Nuevamente, bajo la guía de los guías, se iban dividiendo: algunos se quedaron en nuevos territorios y otros seguían avanzando al oriente. De esta manera y luego de varias generaciones, un grupo llegó al lejano continente, un territorio que sería paradójicamente el primero tras el agotamiento del primer ciclo civilizatorio. Desde allí se irradiaría la doctrina del despertar para toda la humanidad, habiendo completado los peldaños culturales durante 12 mil años, conforme al Plan.

Los cuidadores del despertar, fieles a su sagrada misión, mantuvieron siempre la llama encendida, transmitiendo el conocimiento espiritual a pocos o a muchos, de acuerdo al momento y al lugar. El acceso a ese ámbito profundo y excepcional se presentó de múltiples maneras: mitos, símbolos, alegorías, construcciones, relatos, leyendas, sueños, individuos de doble naturaleza, etc. La transmisión del despertar no era similar a la de la cultura ordinaria, no, los caminos recorridos para la transmisión de lo profundo eran diversos, incluso sin contacto material…

Así, se abrió el acceso para contribuir o impulsar algún proceso y a veces, para perpetuar la experiencia y continuidad del propósito. Solo la experiencia puede vivir miles de vidas, solo la experiencia va más allá del tiempo y del espacio. Lo que necesitaba la doctrina del despertar era que la experiencia transite y llegue a 12 mil años en el futuro, conforme al designio original…

Hace tan solo 3.500 años, llegaron los últimos a las mesetas del altiplano. Allí esperaron en un recóndito espacio que les daría tranquilidad para asentarse antes de avanzar en el tramo final hacia el sur. Llegar al monte más alto era el objetivo y el fin de la misión sagrada.

Hasta allí llegaron solo hace 100 años, un paraje lejano a los ajetreos y avances del mundo, aunque no aislado. Una mezcla entre tranquilidad y acceso a la información muy adecuada.

Algunos se ubicaron como empleados rurales y otros como empleadas domésticas, el perfil más bajo posible. Allí, en el seno de una familia nació el niño que habían venido a buscar. El lugar estaba circundado por acequias y pequeños canales, aunque esta vez no utilizaron el remanido “canasto flotante”. Nació diferente, el color de su piel era opuesto al de sus hermanos, no fue necesario nada más…

La doctrina supervisó y acompañó los primeros años del niño, quien lo cuidaba era una “despierta”. Cuando cumplió 5 años de vida, los viajeros, con gran alegría, comprendieron que su larga travesía de 12.000 años había concluido, habían alcanzado su destino.

Ya estaba dado el primer paso, el que construiría el futuro. La doctrina del despertar había viajado a través de milenios y ya había iniciado el nuevo ciclo.


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Ejercicio de transformación de un concepto a lenguaje mítico

En diversas culturas hay narraciones que incluyen a gigantes, titanes, nefilims, etc. Estos, gracias a su tamaño, se ocupan de tareas que influencian a todos. Su moral no necesariamente es equivalente a la humana, porque la amplitud de su mirada y de su tiempo son otros. Cada tanto se muestran, pero solo se perciben cuando se abren otros ojos...

“La Señora es gigante, su espalda es del tamaño de todos los desiertos juntos, su columna como la Gran Muralla, su corazón del tamaño de África, sus ojos dos pirámides, su frondosa cabellera inspiró a las selvas tropicales, sus brazos largos como el cometa, su rostro límpido como las llanuras de América, sus hombros poderosos del tamaño de las grandes cadenas montañosas, sus pies firmes como los polos. Así se podría describir cada parte de su cuerpo, que, sin embargo, es armónico y equilibrado, excepto por sus brazos, que son los que más utiliza...

Revuelve un gran caldero, que se mantiene en ebullición gracias al fuego que las maderas y los huesos alimentan. La circunferencia de la olla es enorme, su diámetro es equivalente al ecuador del planeta azul...

Completa una vuelta con su gran cuchara al ritmo de la órbita solar. Su herramienta de madera está hecha con secuoyas unidas. A veces gira el contenido en sentido dextrógiro y otras en sentido antihorario. Dentro del recipiente hay elementos de todas las regiones, ingredientes inimaginables que horrorizarían a muchos. Por momentos acelera el giro y en otros para, bien para alimentar el fuego o retirar combustible y así bajar la ebullición. De esta suerte, el ritmo de los movimientos no es constante, por el contrario, es variable.

El “alimento” no está listo, aún hay ingredientes que se resisten a su cocción, pero, aun así, el proceso es inevitable; solo se requerirá más tiempo. Y a la Señora Gigante, a pesar de su elevadísima edad, tiempo le sobra...

Ella viene alimentando a la humanidad desde antes de la “conciencia”, aunque ciertamente el caldero y los elementos nunca fueron tan grandes ni tantos...

Esta señora tiene a Clio como musa y la conocemos como: La Historia...”


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Algunos ejemplos de Héroes y Modelos en Mitos y Antimitos Históricos

A lo largo de la historia, cada mito y antimito ha contado con héroes y figuras “modelos” que encarnan los valores, creencias y aspiraciones de su época. Estos personajes funcionan como símbolos de los ideales colectivos, y en muchos casos, su legado permanece en la Historia. Aquí algunos ejemplos:

El Mito Cristiano y sus Santos:

En el mito cristiano, que predominó en gran parte de Occidente durante siglos, las figuras de santos y mártires representaban el sacrificio y la fe absoluta. Personajes como San Francisco de Asís, quien renunció a la riqueza por una vida de humildad, y Santa Teresa de Ávila, una mística y reformadora, simbolizaban el ideal de virtud y entrega a lo divino.

Estos héroes cristianos reflejaban una vida orientada hacia el sacrificio personal y la salvación del alma, valores centrales en la visión cristiana.

El Antimito de las Revoluciones y sus Líderes Revolucionarios:

En oposición a la jerarquía y la autoridad divina del cristianismo institucional, el antimito de las revoluciones, como la Revolución Francesa y la Revolución Industrial, promovía valores de igualdad, libertad y justicia social.

Aquí surgen figuras como Robespierre y Danton en la Revolución Francesa, o más tarde Karl Marx y Friedrich Engels, cuyas ideas sobre la igualdad de clases y la lucha contra la opresión sirvieron como guías para transformar la estructura social y económica.

Estos héroes revolucionarios representan el ideal de cambio y justicia, luchando para derribar las estructuras de poder percibidas como opresoras.

El Mito del Individualismo y los Emprendedores:

Con el auge del capitalismo y la ideología del individualismo, las figuras heroicas se transformaron hacia personajes que encarnan el éxito personal y el progreso individual. Empresarios y visionarios como John D. Rockefeller, Henry Ford, representan el mito del “hombre que se hace a sí mismo”.

Estos personajes reflejan los valores de ambición, innovación, y éxito material, donde el logro individual es visto como lo máximo, dejando en segundo plano las relaciones con otros y la ayuda o la equidad social.

El Antimito del Bienestar Colectivo y los Líderes Sociales más recientes:


Hay antecedentes como Gandhi, Luther King, el Che Guevara; como contrapartida al individualismo. En tiempos más recientes han surgido figuras que abogan por el bienestar de todos, el cuidado del medio ambiente y los derechos humanos. Ejemplos de estas figuras son Greta Thunberg en la lucha contra el cambio climático, Malala Yousafzai en la defensa de la educación para las niñas, y Nelson Mandela en la reconciliación y justicia social, Gorvachov con el desarme unilateral.

Estas personas representan un antimito emergente que desafía el valor del éxito individual y propone, en cambio, una visión de éxito compartido y de responsabilidad global. En lugar de buscar el avance personal a toda costa, ellos enfatizan en valores opuestos.

El Mito Tecnológico y los "genios de la Innovación":

En la era digital, el mito de la tecnología como salvación de la humanidad ha creado nuevos héroes en figuras como Bill Gates, Jeff Bezos, y Elon Musk, quienes son vistos como promotores de un “futuro mejor” basado en la inteligencia artificial, los viajes espaciales y la conectividad global.

Estos titanes de la tecnología personifican una fe en el progreso tecnológico, que promete resolver muchos de los problemas del mundo. Sin embargo, este mito es también cuestionado por el antimito de la sustentabilidad, que alerta sobre los riesgos de un avance material desmedido o la no inclusión de vastos sectores humanos que viven en la pobreza.

Estos ejemplos muestran cómo los héroes de cada mito y antimito histórico reflejan y, en muchos casos, moldean los ideales y tensiones de su tiempo. Cada uno de estos personajes nos invita a preguntarnos si los valores que representan son los que deseamos o si necesitamos nuevas figuras que encarnen otros principios como la compasión, la convergencia, etc.

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