¿Qué será lo que representa, ese reflejo que devuelve y atrapa?
¿Qué misterio nos lleva a buscarlo, a mirarnos en él como si fuera un oráculo?
Los hay lujosos, pequeños, grandes; de metales o minerales pulidos, y hasta de agua, como descubrió Narciso.
Acompañan en la intimidad, portales presentes, conciencia plana,
ventanas de historias y disparadores de ensueños.
Reflejo franco, amigo de silencios, pasaje a otros mundos o países de maravillas.
Hay quienes prefieren taparlos, girarlos, para no enfrentar aquello que no desean ver.
Antiguo compañero, guardián imperturbable, que "dice" sin hablar, incorruptible y autónomo, imposible de engañar.
Espejo: testigo y cómplice del alma, ¿Cuántos secretos más guardarás?
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