Uno se puede quedar mirando a los componentes y detenerse en lo anecdótico, pero más allá de todo eso hay una tendencia que se está manifestando y que busca cambios…
O el cambio se hace desde adentro de “lo establecido”, o será el escombro de lo nuevo. Lo nuevo no siempre tiene dirección, no siempre es interesante o evolutivo, no es necesariamente bueno o malo. Justamente porque es “nuevo”, no tiene muchas imágenes (ideas) que lo canalicen, estas se están gestando, ensayando, imaginando...
Lo nuevo, quiere la sustancia “futuro” ya y, el futuro, atrae más allá de su signo. Puede ser destructivo, puede ser constructivo…
Todo esto son largos procesos de acumulación que se completan y renuevan a lo largo de la Historia, pero, como cuando se llena un vaso con agua, hay una instancia en que solo basta una gota para hacerlo rebalsar…
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