Compromiso con la vida

 

Reflexionando sobre mis compromisos con la vida. Es decir, qué tipos “pactos” voy celebrando: son débiles como de barro que se disuelve con la primera lluvia o son sólidos y se mantienen en el tiempo; son cambiantes y formales, etc.

En general, recordé que algunas veces me refugiaba en una hipotética trascendencia más allá de la muerte y esto me llevaba a un cierto descompromiso con la vida y sus cosas. La califico como la postura del “monje medieval”.

Otras veces negando de algún modo aquella trascendencia, me aferraba al disfrute de lo que ofrece la vida como si fuera lo único que existe. En este caso, “el hedonista griego”.

También, desde un tipo de lucidez critiqué y me burlé, al hacerlo descargué tensiones, pero no se abría el futuro. Algo de cinismo…

Cada tanto, encaro mis actividades con algo de contradicción, pero, continuo sin cuestionamientos. Estoicamente.

Por último, recuerdo haber perdido la fe y toda posibilidad de “escapar” del mundo. Nubes negras de nihilismo asomaron en mi ventana.

En este contexto recordé una frase o más bien una interpretación de aquella que, aunque no recuerdo exactamente como era, me pareció de un equilibrio perfecto:

“Construye como si fueras a vivir para siempre y antes de dormir ora como si fueras a morir mañana...”