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Emplazamientos mentales

jueves, 20 de febrero de 2020

Era un meteoroide de importante tamaño que al ser tan solido y compacto si entraba en la atmósfera no cubriría una gran superficie e impediría que los habitantes pudieran tomar algo en su beneficio. Este bien, hasta el momento, era sólo para lo que formaba parte del bloque. Esa gran etapa fue la que le permitió alcanzar solides, expansión y crecimiento. Siempre en órbita pero a cierta distancia de la Tierra. Este fue el tiempo objetivo, controlado y puro...

Llegado el momento el meteorito entró en la atmósfera, luego de un impresionante destello lumínico, así se convirtió en miles de partículas y polvo estelar. Sus partes regaron el planeta, otras no alcanzaron a llegar y se mezclaron con el aire. Ahí comenzó el tiempo histórico...

Con distintas suertes los habitantes de cada lugar fueron encontrando las partes, algunos sin saber qué hacer, las guardaban; otros las adoraban; también algunos producían herramientas indestructibles que pasaban de generación en generación y muchos no se cruzaron nunca con un fragmento...

Así se comenzó lentamente a dar saltos evolutivos, hasta que auxiliados por el fuego, lograron generar su propio hierro.
Esto no ocurrió en una generación sino en el tiempo histórico, espacio donde se van enhebrando las pequeñas acciones que los individuos realizan, acciones que requieren de un propósito inmediato, pero con la conciencia de que irán mucho más allá de ellos...

Una cosa es la importancia del hierro meteórico para el proceso humano, otra es, la expectativa que pueda tener una generación y finalmente la más definitiva: que los humanos, tomaran en sus manos el prodigio que vino del cielo...

El “tiempo” define al emplazamiento y éste define al fenómeno!

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