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Tema de reflexión para opositores

martes, 18 de septiembre de 2018

Hay principios que son más o menos inalterables, ideas fundacionales, preceptos, por ejemplo: la patria, el trato a los demás, los derechos humanos, la libertad y tantos otros. Todos estos se presentan con distintas formas y ésta produce, con su estética, determinadas emociones, simplificando: esto es bello o esto es feo.
La percepción de la estética va cambiando, lo que antes producía algo positivo al contemplarse, con el paso del tiempo, puede producir lo contrario.



De manera tal que, cuando se trata de renovaciones, adaptaciones y cambios futuros, no es necesario abandonar principios, pero sí puede ser necesario, hacer ajustes de las formas estéticas con las que se los presenta.

Muchas veces se confunden las formas con los principios; otras veces, al agotarse los fundamentos, sólo quedan las formas y éstas se defienden como si fueran lo esencial. También hay casos donde se diseñan formas que permiten ocultar los principios, es aquello que genéricamente se conoce como “farsa” y son farsantes quienes encarnan esa falsedad.

Por toda esta dinámica, es necesario recordar los principios de cada grupo o conjunto, para rescatarlos de las formas en que fueron expresados, pues esas maneras son cambiables, las épocas exigen adaptación y los principio fundacionales que son el sentido o el ser de un determinado grupo, requieren nuevas maneras de presentación, nuevos códigos estéticos, sin perder por ello la dirección que los preceptos inspiran.

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