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Arrrgentinian

lunes, 23 de abril de 2018

Vamos a desarrollar ciertas características propias de los habitantes de estas regiones, en particular hoy pondremos la mira en lo que se conoce como “fanfarrón”, adjetivo coloquial que caracteriza al petulante o presumido. Es una particular conducta que se manifiesta en todos los estratos sociales y que se evidencia en distintos grados que van desde lo más exagerado hasta señales suaves, aunque, inconfundibles.

No podemos asegurar, que sólo sea una característica local, esperamos que nativos de otros lugares hablen al respecto...

Si bien se hace mención a un individuo, éste mal, puede contaminar a grupos más numerosos de personas pero que, aun sin contar con una conducta idéntica, se agrupan dentro de características generales “fanfarronas”, aquí da un salto de nivel la cosa, ya no se trata de un individuo sino de un conglomerado, más o menos grande, que se refugia en ese “elitismo”. Ese grupo o más propiamente esa “élite”, configura una coraza equivalente a aquella que protege al singular.

Una característica relevante de estos grupos, no consiste justamente en lo que creen de sí mismos, eso ya está incorporado, sino que es más fácil su comprensión, advirtiendo lo que creen de los demás, ahí justamente radica su punto de convergencia. Esa creencia, que obviamente conlleva algún tipo de degradación de los demás, es lo que le da cierta identidad de runfla. Esa mirada de los otros es la que les pinta las alas del mismo color y así, cual bandada de pavos, sobrevuelan a poca altura sus días.

Hay que decir también que sus componentes, son vectores de trasmisión y contagio del “virus de altura”, siempre claro, que alcancen algún tipo de altura, que lo active.

Una manera de protegerse como élite, es no tener contacto con otros, fuera de su entorno, esta confrontación puede generar serios problemas y requerirle, al “elitoso”, distintos “baños” que lo lleven nuevamente a sus seguros confines...

Se trata de una presencia fantasmal, caída, chapuceada, de lo que otrora fue la aristocracia.

Si realmente son tan interesantes ¿qué esperan para ayudar, proteger, ponerse al frente de los más necesitados? ¿Dónde están sus aportes al mundo? ¿Cuáles de sus manifestaciones interesantes debemos agradecerles?

En realidad, nos encontramos aquí con personas con serias fragilidades internas. Estas se resolverían fácilmente con algo de sincero auto-conocimiento y yendo, con una sincera apertura, hacia los demás...

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