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Campo II

miércoles, 14 de febrero de 2018

En este apartado, insistimos con el tema, pues uno, como tantos otros, está buscando respuestas y estas hay veces llegan de maneras extrañas, otras, simplemente se manifiestan razonando más allá del umbral...

¿Cómo funciona o se crea el campo o atmósfera en la que uno está? Hay situaciones cambiantes en el cotidiano, sin embargo hay un “algo” que se mantiene como una suerte de “sombra” y a lo largo de años ahí está con pequeñas o grandes modificaciones. Será que las búsquedas constituyen ese campo o el estado de ánimo, las motivaciones pasadas y las aspiraciones futuras ¿qué lo hará?

Como sea, es algo que está, algo hay que hacer para diluirla como a una vieja piel, si este fuera un interés. Intuitivamente se puede imaginar algún tipo de trabajo, con paciencia, permanencia y espera... ¿Por qué esperar? ¿Qué más podría hacer yo? Sin espera, improviso...Si algo está lleno ¿cómo le agrego?

II

Aquello que se crea y experimente con la mayor necesidad y afecto concentrará la atención, aunque se puedan hacer ejercicios que alteren ese “mandato” tarde o temprano las cosas volverán a su cause. Retomaran su “orden” u “organización”. Cómo generar otro “orden”, cómo desmantelar un determinado campo para generar uno de mejor grado... Los experimentos muestran que no se logrará continuidad con un orden que provenga de afuera, es al contrario, debe venir de adentro!

Parafraseando a Platon, si uno busca claridad, ésta no se logrará sumando ventanas afuera, hay que abrir caminos internos que liberen la luz...

En cualquier caso, de alguna manera se fijan primarios, secundarios, precarios, etc. aunque se formule de otra manera, es un hecho que esto, se hace. Hay que dar respuestas y atender diferentes aspectos, pues vivimos en un mundo material, con urgencias diarias, también tenemos un mundo psíquico, mental, interno, sensible y por qué no, un tercer espacio al que podemos llamar espiritual...

Pero que será lo que le da orden a estos “mundos”, a partir de cuál se organizaran y con qué orden... ¿Será esto lo que establece al mencionado “campo”?

III

Quizás el ejemplo del sistema solar, sea útil para graficar y reflexionar sobre estos asuntos.

Tenemos el planeta Tierra como lo material, allí nacemos y en él vivimos de su aire, su alimento, su agua y en relación con otros.

Por otra parte, están las leyes del espacio, la gravedad, las órbitas, ondas, influencias, un cierto orden que no se percibe, aunque actúe y que da una cierta organización al mundo, ciclos, ritmos, armonía y equilibrio al mundo material, esto podría ser asimilable al mundo psíquico y por ultimo el sol como el elemento espiritual.

Uno vive la vida conectado con el cuerpo y sus sentidos con las otras personas y en general con la materia, lo psíquico es más sutil y no es fácil de individualizar ni operar en el.

El lejano sol, no tiene ninguna prioridad, lo importante es lo que pasa en el mundo, aunque sabemos que, si el sol se apagara, todo lo otro se extinguiría...

El desafío es encontrar un camino donde no exista oposición entre los tres elementos. Una manera es que la dirección sea dada por la luz del sol, por su guía. Esa dirección es la que puede iluminar y dar sentido a los otros, es el ordenador de los mundos...

Nuestra realidad está compuesta de partes de diferente materialidad, está lo denso, muy apegado a la tierra, lo más sutil y lo luminoso; lo perecedero y lo imperecedero. Esta “mezcla” se integra a partir de algo, de algún trabajo, también puede mantenerse diferenciada y nunca producirse la “emulsión”; puede suceder también que luego de algún evento se produzca, pero, detenido el “movimiento”, volver a separarse y quedar como un recuerdo...

Quizás por eso, la diferentes culturas, tenían sus ritmos y sus lugares para realizar ciertas celebraciones y, de alguna manera, volver a tonificar el “orden” de los mundos. Esos ámbitos facilitan a los conjuntos a producir esos movimientos intencionales, pues sabemos que es más simple “ponerse en situación” que, elevarse, tirando de los propios pelos.

La vida, mirando sólo el planeta, lo más “cercano”, es errática, azarosa, dramática, no hay salidas seguras dentro de sus limites, siempre están las violencias, los excesos, la repetición, el sin-sentido.

La salida está, según nos enseñan, en el lejano sentido que con su luz, ilumina y alinea a la vida en una dirección que integra en sí, lo terrenal, lo sutil y lo eterno.

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