Sin embargo, no es que a nivel global se puede ver esta actitud, por el contrario, se observa una intención de “imponerse” unos sobre otros, con lo cual se van radicalizando las posiciones que van llevando a confrontaciones violentas cada vez más graves.
Ahora bien, en mis posibilidades inmediatas no es mucho lo que puedo hacer por lo que sucede a nivel global, pero creo que, si soy capaz de incorporar tal actitud interna, podré afirmar por experiencia dicha convergencia, ante mi medio.
¿Cómo hago para pasar de éste enunciado a la experiencia en tal dirección?
¿Qué es convergencia?
Reunión en un punto de varias líneas o trazados.
¿Qué es diversidad?
Variedad, desemejanza, diferencia.
La convergencia es hacia un “punto”, pero puede haber líneas o trazos divergentes, que se alejan del punto y que ni siquiera tienen esa dirección a futuro.
¿Cómo definiría ese “punto”?
¿Cómo experimentar esta convergencia cuando nos encontramos con ideas distintas de una misma cosa?
¿Será que, todos tienen que pensar como yo?
¿Será que, desde mi forma de ver las cosas reclamo tal convergencia de los otros que piensan distinto y los acuso de que no convergen?
¿Será que, no tengo que tener mis propias ideas y comportarme como si estuviera de acuerdo con todo?
¿Cómo hago para tener mi propia elaboración y converger con otros que no la comparten?
¿Cómo hago para que los vínculos con otros no dependan de ideas que se tienen sobre temas más o menos importantes?
¿Sólo importa tener buenos vínculos y las ideas o posturas no importan?
Tiene que haber una experiencia de convergencia, que me permita tener posturas más o menos personales y que además mantenga abierto los vínculos con aquellos que tienen otras posiciones.
En mis posturas se filtran mis intereses, con lo cual puedo inferir que a los otros les pasa igual. Puedo asumir y reconocer mis intereses y justificarlos por si mismos sin necesidad de apelar a construcciones mayores. Esto no me convierte “ni en héroe ni en cobarde”…
Tal vez, es gracias a este reconocimiento, que puedo sostener mis posiciones sin querer imponerlas. Porque me voy poniendo de acuerdo conmigo mismo.
Debe haber una “estructura” compuesta por, la biografía, los gustos, las necesidades, las aspiraciones a futuro, etc., seguramente todo esto, no estará ausente en mis planteos. No soy sólo ideas “descarnadas”. Aunque no considere todo esto al comunicar una postura a otro, si he reconocido ésto en mí, tal vez me ayude a estar afirmado y convergente.
Al hacer tal reconocimiento, también puedo dejar de lado estos intereses, para pensar y tomar posturas un tanto libres de intereses personales, buscando el registro de lo mejor “en si” y no sólo lo mejor “para mí”.
Este modo de pensar me da registros que aunque aplicado a cosas que podrían aparecer como secundarias deja la experiencia de algo bien hecho…
Si reconozco mis intereses y los acepto, pienso suficientemente sobre algo y logro una postura que me parece la adecuada ¿qué pasa con el otro?
¿Qué necesidad tengo de convencerlo?
¿Qué necesidad tengo de no mantener un vinculo amistoso?
Creo que si voy con dudas, tapando intereses propios, “desafirmado”, buscaré algún tipo de afirmación con el otro. Me “radicalizo” y tal vez, el otro, responda del mismo modo.
En síntesis, creo que “la buena conciencia”, interpretada como el reconocimiento de mis intereses personales y “el buen conocimiento”, como el estudio de la información disponible sobre un tema dado, apelando incluso a la consulta a otros, pueden ponerme en la dirección hacia la experiencia de la convergencia.
Marzo 2012
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