Yendo a la primera de estas tesis, me refiero a una que afirma que parte de la violencia que hoy se expresa en las personas es por el exceso de hormonas, por ejemplo, la testosterona, ésta se genera en abundancia en los cuerpos y esa cantidad, responde a una época donde era necesaria una gran dosis de “masculinidad” para ir a los campos a pelear con fieras y así conseguir el alimento para la tribu...Esto explicaría, según la teoría, los deportes extremos, la violencia y tantas cosas que hoy aquejan a las sociedades pues todo ese desgaste hormonal de los primitivos, en la actualidad no se produce y queda intoxicando al organismo, pues los contemporáneos simplemente vamos al supermercado y tomamos la pieza de carne o pescado que nos interesa con un mínimo desgaste.
Hay otra argumentación que reivindica la dieta alimenticia de los primitivos, los que fabricaban herramientas de piedra, y que fomenta paralelamente una gran dosis de gimnasia y ayunos semanales. Recreando de alguna manera las condiciones de desgaste físico y de ciclos erráticos de alimentación de aquellos antiguos. Es un planteo inspirado en una tribu de habitantes actuales de una zona fría y que viven un tanto primitivamente. Las bondades que ofrecen a partir de estas pautas son interesantes y contrarresta, según dicen, enfermedades de la actualidad, pues se acomoda más naturalmente a las necesidades del cuerpo humano.
Ambas ideas, tanto la de hormonas como la de la dieta, pareciera que parten de la insólita afirmación que, el cuerpo humano fue diseñado para las condiciones prehistóricas, ese es su medio natural y al que mejor se adapta. Es como si creyeran que todo el progreso de las civilizaciones y de la humanidad fue poniendo a la biología del cuerpo en situaciones cada vez más enfermizas y nocivas al alejarse de su "origen".
Dicen que tendríamos que ir hacia atrás, en algunos aspectos, para alcanzar una buena salud o, dicho más suavemente, recrear con la actual tecnología condiciones equivalentes a las antiguas para que la salud del cuerpo y la vida social mejoren.
Creo que deben existir muchas otras teorías, quizás en este mismo momento esté naciendo una nueva en algún lugar. Es interesante que se busquen nuevas respuestas y que se intenten desplegar concepciones novedosas, esto no me parece criticable en absoluto. Pero no acepto que ellas se presenten como una solución y pretendan “salvarnos” desconociendo o negando los factores de fondo de la crisis general del proceso humano.
Hay algo, no alimenticio ni hormonal que no se puede soslayar. Por ejemplo: en términos generales creo que la mayoría de las personas dedica sus mejores horas del día, cuando están más despiertas y vitales, a realizar tareas que no les gustan o no prefieren, a cambio de una necesaria retribución económica. Entre las ocho horas más algunas de traslado a su trabajo y aquellas necesarias para dormir, quedan pocas horas del día y poca energía física para dedicar a los intereses queridos.
Esta situación, bastante generalizada y sin grandes certezas de que pueda cambiar, creo que sí afecta verdaderamente y no solamente al cuerpo y sus sistemas.
Que decir de nuestros "amigos" los empresarios de la alimentación que les interesa más su ganancia que la salud de sus clientes, esto es un mal de la época y que no favorece al cuerpo. Cierto es que hay una gran complejidad en el traslado de los alimentos desde donde se producen a las grandes ciudades y se han desarrollado conservantes, envases, etc. Ya desconfiamos de todo este proceso y se busca cada vez más, buena calidad.
Qué decir de los sentidos de vida, de la posibilidad de proyectarse y progresar succionados por ese futuro abierto que da esperanza y alegría. Creo que ese “ventanal” del porvenir no está muy luminoso en estos tiempos...
Efectivamente tenemos que mejorar al cuerpo humano, pero, pensando en el futuro y no en el pasado. Creo que las condiciones materiales e intangibles de vida, sanan o enferman y que el futuro abierto es tan importante como alimentarse.
Hay toda una atmósfera mundial que afecta más que la dieta. Repasemos algo de lo que se expresa en los medios informativos y que en muchos casos se ven donde uno vive. Desastres naturales de todos los tipos, violencia de todos los signos y filmadas por cámaras, accidentes fatales por todo el mundo, autos bombas, terrorismo “religioso”, virus, endemias, políticos y empresarios que se parecen más a un desastre natural que al ser humano que los prevé y salva a su gente. Cada vez es más coincidente todo lo que pasa en el mundo con una fuerte crisis, como si todo se fuera alineando en una mala vibración.
Qué porcentaje de la información que circula trae buenas noticias, qué hechos son dignos de celebrar pues darán beneficio a todos y qué lugar ocupan en las noticias que circulan por el mundo. Es cierto que puede resultar conmovedor que alguien rescate a un animalito, sin embargo no me refiero sólo a este tipo de noticias...
Me refiero a verdaderas noticias de paz, de acciones no-violentas, a intentos superadores de la prehistoria humana, del egoísmo, de la discriminación, etc., etc.
Creo que para comenzar a cambiar el mundo, hay que salirse de la mala onda que como un torbellino arrastra todo hacia su centro. En estos momentos hay que sembrar buenas ideas, buenas imágenes, "ideas de paz" y hay que poner la mirada en hechos que, aunque sea por instantes, nos abran el futuro.
Esta situación, bastante generalizada y sin grandes certezas de que pueda cambiar, creo que sí afecta verdaderamente y no solamente al cuerpo y sus sistemas.
Que decir de nuestros "amigos" los empresarios de la alimentación que les interesa más su ganancia que la salud de sus clientes, esto es un mal de la época y que no favorece al cuerpo. Cierto es que hay una gran complejidad en el traslado de los alimentos desde donde se producen a las grandes ciudades y se han desarrollado conservantes, envases, etc. Ya desconfiamos de todo este proceso y se busca cada vez más, buena calidad.
Qué decir de los sentidos de vida, de la posibilidad de proyectarse y progresar succionados por ese futuro abierto que da esperanza y alegría. Creo que ese “ventanal” del porvenir no está muy luminoso en estos tiempos...
Efectivamente tenemos que mejorar al cuerpo humano, pero, pensando en el futuro y no en el pasado. Creo que las condiciones materiales e intangibles de vida, sanan o enferman y que el futuro abierto es tan importante como alimentarse.
Hay toda una atmósfera mundial que afecta más que la dieta. Repasemos algo de lo que se expresa en los medios informativos y que en muchos casos se ven donde uno vive. Desastres naturales de todos los tipos, violencia de todos los signos y filmadas por cámaras, accidentes fatales por todo el mundo, autos bombas, terrorismo “religioso”, virus, endemias, políticos y empresarios que se parecen más a un desastre natural que al ser humano que los prevé y salva a su gente. Cada vez es más coincidente todo lo que pasa en el mundo con una fuerte crisis, como si todo se fuera alineando en una mala vibración.
Qué porcentaje de la información que circula trae buenas noticias, qué hechos son dignos de celebrar pues darán beneficio a todos y qué lugar ocupan en las noticias que circulan por el mundo. Es cierto que puede resultar conmovedor que alguien rescate a un animalito, sin embargo no me refiero sólo a este tipo de noticias...
Me refiero a verdaderas noticias de paz, de acciones no-violentas, a intentos superadores de la prehistoria humana, del egoísmo, de la discriminación, etc., etc.
Creo que para comenzar a cambiar el mundo, hay que salirse de la mala onda que como un torbellino arrastra todo hacia su centro. En estos momentos hay que sembrar buenas ideas, buenas imágenes, "ideas de paz" y hay que poner la mirada en hechos que, aunque sea por instantes, nos abran el futuro.
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