Una buena noticia

El progresismo que hubo en la ultima década en América latina y algunos brotes en Europa, no configuran la solución definitiva a la crisis del mundo de hoy, pero sin dudas representan un mejor contexto para acometer los relevantes cambios que se requieren. Me refiero a la impostergable adaptación de los sistemas políticos, económicos, etc. al nuevo mundo, que ya está aquí asomando su semblante.

Estos progresismos no han sido apoyados solamente por minorías esclarecidas, por el contrario han tenido amplios apoyos populares, porcentajes muy altos de las poblaciones han adherido a estas propuestas.

Visto ésto desde el presente y comparado con lo que sucedía hace unos veinte años, resulta una buena noticia, éste aumento de la cantidad de personas de una nueva sensibilidad que, atraviesa muchas capas sociales y distintas edades y que, anteriormente, era minoritaria y fragmentada.

Por lo tanto aunque el presente esté mostrando un rostro que, se pretendió superado, es necesario rescatar el alto apoyo que ha tenido otro modo de llevar las cosas adelante, aun con todas sus cosas criticables. Hay que reconocer que la atmósfera social, junto a estos procesos, dio espacio a la manifestación creciente de una sensibilidad más humana.

Aunque en la coyuntura este modo de sentir, parezca disminuido, es lo que verdaderamente viene creciendo en el mundo y lo que continuará buscando nuevas vías de expresión.