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¡Cuántos somos!

lunes, 22 de febrero de 2016

Por lo menos desde el siglo XVIII se viene evidenciando, para algunos, el aumento de la población mundial y el problema de los recursos para su bienestar.

Muchos autores, como Wallace, Malthus, Hegel, Marx por citar algunos de los más renombrados, se han ocupado del tema, ciertamente con diferentes enfoques. El “mundo” que veían y el momento que vivían los influyó marcadamente en sus opiniones. La revolución industrial estaba en marcha; el notable aumento de las poblaciones urbanas era un fenómeno que se hacia notar y la llamada revolución científica y formulación de las diferentes ciencias, daban nuevas explicaciones sobre el mundo.

En todos ellos se advierten estas influencias y plasmaron diferentes teorías sobre estas coordenadas llamadas “población” y “recursos”.

No soy un estudioso del tema, sólo lo he sobrevolado, sin embargo sí capto en la actualidad un sospechoso silencio sobre el asunto: cuál es la situación actual y la perspectiva a futuro de la relación de estos dos factores.

Los pensadores que mencionamos se anticiparon al problema, con sus diferentes matices y sumaron elementos teóricos a todo ese “sustrato” que hoy conocemos como Racionalismo.

La pregunta que uno se hace es sobre el lugar que ocupan estas creencias en los actuales gobiernos. ¿Qué piensan sobre el tema? Creen efectivamente que es posible que desaparezca la brecha entre: el aumento de la población y los recursos para satisfacer sus necesidades.

¡Seria oportuno exigir definiciones sobre este punto, por demás crucial!

Alrededor del año 1800 la población mundial fue estimada en mil millones de habitantes, ya en el año 2000, doscientos años después, ese número trepó a los seis mil millones. Solamente después de diez años esa cantidad aumentó en mil millones, la población mundial del año 2011, fue de siete mil millones de seres humanos.

Cómo se puede ver, se viene acelerando el crecimiento de los habitantes del planeta, aunque este incremento es desparejo, parece un claro elemento de la actual crisis del sistema y tal vez una de las razones del sugerente silencio que se advierte sobre el tema.

Por lo que se puede ver hasta aquí, por la impronta que se advierte en los gobiernos y en general en la economía mundial, no da la impresión de que se estén tomando medidas para incluir a tantos habitantes a las mejores condiciones de vida. Por un lado se insiste con el paradigma del empleo como única manera de logar dignidad , pero aceptando ciertos indices de desempleo, en el cual, mientras crecen los habitantes, el numero de personas que incluye el indice es cada vez mayor. Mostrando así que no es posible incluir, o no lo han logrado, a todos los habitantes del planeta en ese “ideal” que se pregona. Por otro lado la creciente expectativa puesta en la robótica claramente dificultará, cada vez más drásticamente, disminuir el porcentaje de gente sin trabajo.

Se podrán decir muchas cosas o ninguna, pero lo cierto es que no se plantean seriamente estas realidades y aun amparados en un “después vemos” esto se ira complicando crecientemente.

Por otro lado las teorías conspiratorias de virus diseñados, guerras, hambrunas, desastres naturales provocados, etc. aunque sean discutibles y en muchos casos improbables, nacen de la falta de información y el silencio público de los gobiernos sobre todo este asunto.

Del mismo modo resulta sospechoso, la reactivación del armamentismo y en muchos frentes; el aumento del narcotráfico y el aumento simultaneo de organismos para combatirlo; la proliferación del alcoholismo y del consumo de drogas legales e ilegales. ¡En suma todo aumenta!

Si imaginamos la convergencia de tantos factores en un futuro inmediato es difícil esperar buenos resultados...

Se podrán idear medidas de control de natalidad, pero el tema es: qué hacemos ahora. Como el sistema y su modo de organización no da para tantos ¿dejamos en manos del darwinismo social el equilibrio de éstas fuerzas?

La mejor dirección es pensar y repensar todo y para todos y si algo de esto falla, volver a pensar en base a la experiencia y descartar ideas, sistemas, ganancias, etc. Pero no descartar a las personas y que la natalidad se controle sola y que nuestros gobiernos se aboquen a idear como incluir a todos en las mejores condiciones de vida. NO ES ACEPTABLE NINGÚN INDICE DE POBREZA, NI SIQUIERA DE UN DÍGITO. EN CAMBIO, SI ES ACEPTABLE Y DESEABLE, AMPLIAR Y MEJORAR LAS CONCEPCIONES POLÍTICAS Y ECONÓMICAS.

Que nos digan que vamos a hacer las personas, cuando benéficamente para todos, los robots reemplacen el sudor humano, con tecnología y excrecencias electrónicas. Y el esfuerzo y sudor humano tengan un mejor destino. Basta de oponer el sudor al ocio, hay otras variantes. Por ejemplo, el esfuerzo y sudor de hacer lo que a cada cual más le guste.

Es sabido que entre otros factores, la naturaleza compensa con mayor reproducción las malas condiciones de vida. Si son capaces de pensar modos de esterilización, controles de natalidad, son capaces también, de idear formas de mejorar las condiciones de vida de TODAS las personas. Hasta cuándo se mirará a las personas desde la "utilidad" como si fueran otras máquinas más. Se dirá que no entramos todos en el sistema, bueno ¡cambiemos el sistema!

Hoy el antagonismo “civilización o barbarie”, está superado, pues se fusionó en un solo término.

La presente y futura disyuntiva es: Civilización Barbara o Nación Humana Universal.



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