Si bien los experimentos se realizaron en una universidad, no nos fue permitido divulgar su nombre por distintas razones. Se nos dijo que la importancia del asunto radicaba en las conclusiones que se podían derivar de las consecuencias del experimento. Agregar más datos a ésto desviaba la mirada hacia aspectos secundarios que no aportarían nada. Aquí incluimos las definiciones que nos acercaron los científicos en una lluviosa tarde de verano cerca del mar…
“Se trabajó sobre una serie de esponjas y en un espacio controlado y sin un tiempo determinado, en todo caso el factor tiempo, o mejor dicho su precisión, no es un tema relevante.
Sabemos que el funcionamiento de las esponjas en relación al agua es así: absorben el liquido por sus múltiples poros y este impulsado, más tarde, por sus células flageladas que con latigazos generan una circulación logrando así que el liquido se dirija hacia la salida, conocida como “ósculo”.
Entonces, se colocó una esponja y se la rodeo de agua, esta fue absorbida hasta llenar los “vasos” de la misma (Esponja A).
Simultáneamente a otra, se le aplicó la misma operación (Esponja B).
Y de igual modo a una tercera. (Esponja C).
Luego de un tiempo la primera (A) fue absorbiendo y expeliendo el liquido a medida que algún tipo de presión se lo demandaba, para reabsorberlo despues. Con el transcurso de las horas su capacidad de absorción comenzó a disminuir, aunque siguió haciendo su trabajo, o sea sorber y luego de algún desequilibrio expulsar.
La segunda (B) tenía el mismo comportamiento, sin embargo luego de incorporar la misma cantidad de agua que la primera, después de la presión, soltaba el liquido con algún tinte propio de ella misma, es decir que el fluido no era igual al que le había ingresado, pues el mismo se combinó con algo de ella.
Finalmente la tercera esponja (C), al parecer no manifestaba ninguna diferencia con el ejemplar A y a veces tampoco con el B, sin embargo en algún momento X comenzó a transformarse, en su textura, color y aspecto, al cabo de un tiempo, para nuestra sorpresa, se convirtió en un terrón de tierra fértil del cual comenzó a nacer un brote verde de vida…
Conclusión: en los casos (A y B) si bien se ligaron las esponjas con el líquido, mantuvieron una relación diferenciada con distintos grados (esponja y líquido) y respondieron de manera mecánica, es decir, bien por las presiones internas a la esponja misma o por las que llegaban desde afuera de ella.
Pareciera que, en el sujeto C, se combinaron por un lado el liquido nutricio, y por otro, los elementos propios de la esponja y por algún “acto” que desconocemos, comienzan a generase condiciones de fertilidad. No sabemos si es la activación de la memoria de sus células “toti potentes” (que se pueden trasformar en lo que sea necesario) o por algún tipo de “conciencia”.
Interesará en un próximo experimento pesquisar cual o cuales fueron esos actos/condiciones que permitieron que en el caso tres (Esponja C) se de esa bifurcación de un tipo de “ser” hacia otro proceso más complejo. Una trasformación que integrando los dos elementos (liquido/ esponja) da un “salto” a un nuevo proceso donde nuevas “relaciones” dan lugar a la tierra fértil y a una nueva forma de vida…”
Aparte de lo que se incluyó en esta nota hay otras consideraciones de los estudiosos, algunas referidas a las especies de esponjas marinas elegidas de entre más de 10.000 especímenes; a las características del agua, a la que ellos llamaban de “renovación” o de “vida” y en suma otros detalles más, que pueden no ser de interés…
Por último nos dijeron la siguiente frase, tal vez a modo de síntesis. Uno de ellos quien leyó las anotaciones de laboratorio, al cerrar la carpeta y luego de un elástico etcétera, nos miró satisfactoriamente y con ojitos picaros dijo: “antes que seguir siendo esponja, mejor convertirse en tierra fértil…”
No hay comentarios:
Publicar un comentario