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Una cuestión de sensibilidad

lunes, 30 de junio de 2014

La experiencia que se traduce en una difusa manera de sentir y que podemos llamar “sensibilidad”, es la que cuestiona, desde el mundo interior, los dichos, valores, modos y creencias de una época.

Es esa manera de sentir generalizada que se va traduciendo al mundo en formas desorganizadas en un comienzo y que poco a poco se va haciendo más consciente; es quien pone en duda a las “verdades” de cada etapa. Desde esa “conciencia” que se alcanza van surgiendo nuevas ideas, creencias, valores y conductas que traducen al mundo ese nuevo modo de sentir.

En un escenario donde la acción de otros ha ido transformando el mundo, los nuevos seres humanos que nacen, se encuentra con un medio construido, luego del esfuerzo y de múltiples acciones de generaciones anteriores a ellos, que también siguieron su sensibilidad a través de sus ideales. Pero estos factores que moldearon su manera de sentir ya no son presentes, el mundo que recibe a las nuevas generaciones es diferente, básicamente por la acciones de sus antecesores, por lo tanto, los más jóvenes comienzan a oponerse a lo “viejo” y a compartir una nueva sensibilidad que en franca resonancia los va conectando a través de esa “vibración” y de todas sus manifestaciones, artísticas, musicales, estéticas, etc.

Este fenómeno de las generaciones tiene uno de sus aspectos en la nueva y borrosa sensibilidad que se va haciendo cada vez más consciente y al hacerlo, va fijando nuevos ideales, valores, creencias, etc. Esto en épocas de aceleración histórica será del mismo modo, vertiginoso y una generación puede desactualizarse rápidamente, diferente a otros momentos donde había pocos cambios y las generaciones que coexistían, tenían en gran medida, coincidencias en las creencias.

En síntesis, es una sensibilidad la que comienza a cuestionar al mundo y a producir nuevos objetos que la traducen para transformarlo. Estas traducciones, en principio, son más “cercanas” a los artistas que la expresan en sus diferentes disciplinas, luego, poco a poco van tomando cuerpo en ideas, creencias y valores que inundaran, en algunos casos, muchos aspectos del quehacer humano.

Por lo tanto la historia que relata los hechos políticos y los hechos sociales emergentes en cada momento, como las razones de los grandes o pequeños cambios que acaecen en la historia, están mostrando solamente la parte visible y más nítida de los acontecimientos y no alcanzan a explicar así el fenómeno en profundidad.

Porque las cosas son más profundas en verdad…

Como si fuera un río que agita a la barca que vemos navegar, la sensibilidad es el tumultuoso movimiento de ese agua que empuja hacia la superficie los acontecimientos…

Creo que para muchos, Silo, a través de diversos relatos, le puso a la historia humana, vitalidad, piel, músculos, corazón y movimiento. Permitiéndonos así “conectar” de esa manera con los “tiempos” de nuestros predecesores y en el mismo sentido, experimentar claramente la responsabilidad en el intento de aporte al futuro.

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