Este tema, es parte de un contexto mayor del que participo y que de manera co-presente está influyendo estas opiniones y comentarios. Dicho ámbito mayor, si bien está mencionado en el ingreso a éste blog, es necesario explicitarlo para que los lectores puedan acompañar lo desarrollado, en el mismo sentido en que lo hace el autor o por lo menos advertir que se desconoce el contexto y así poner un interrogante en lo que aquí se afirme.
El contexto mayor al que me refiero son las enseñanzas de Silo.
Hecha la aclaración continúo con el tema en cuestión y relato lo que para mí es una síntesis sobre esta temática, producto de lo que he experimentado e interpretado de éstas enseñanzas.
Hay al menos, dos vías conocidas para profundizar en uno mismo y buscar respuestas sobre los grandes interrogantes de la vida.
Existen dos caminos para llegar a los planteos más profundos, uno que es parte de la vida misma, son las circunstancias que en distintos momentos y maneras todas las personas pasamos. Circunstancias donde parece que el equilibrio de la cotidianidad se altera y se afectan las expectativas de vida y el futuro se pone en duda.
Muchas veces, por ejemplo, ante la pérdida de seres queridos, ante grandes fracasos o quebrantos de distinto tipo, se busca más allá de los límites de lo racional, se apela a experiencias, se clama por respuestas, explicaciones, etc. son oportunidades extraordinarias, fuera de lo ordinario.
Se puede reconocer a nivel de experiencia como en esas circunstancias los planteos cotidianos, racionales no dan explicaciones, no bastan, allí se apela a otras fuerzas, a voluntad de dioses, destinos, fuerzas, buscamos respuestas míticas digamos. En suma respuestas de otro espacio diferente al habitual. Más allá del acierto o no de esas respuestas lo importante es destacar que en esas situaciones nos abrimos a otros espacios a respuestas de otros niveles diferentes a los usuales.
Pero dijimos que hay otro camino, es el de la reflexión y meditación diaria, es decir en situaciones de cierto equilibrio, de circunstancias no apremiantes, la posibilidad de reflexionar está a la mano y tal vez sea oportunidad de poner en tela de juicio o considerar, ensueños, expectativas, falsas direcciones de vida, pretensiones, proyectos, etc.
Si se busca un sentido de vida más permanente, seguramente esta vía es más progresiva, más suave, más lenta, pero sin lugar a dudas, en las diversas situaciones de la vida cotidiana, se puede reflexionar con verdad interna, y así se va llegando también a ese “umbral” donde la búsqueda de respuestas, va a ese otro espacio que llamamos mítico, lugar al que se accede por la apertura del corazón y que la intuición es una guía.
No se trata de que las cosas estén mal, pero sí de reconocer que uno muchas veces, se mueve por ensueños y falsas esperanzas, intereses no asumidos y respondiendo a modelos que no son sentidos en el interior, como hijos de una época, sostenemos creencias y valores que se van desconectado de la cambiante realidad y de la experiencia. Son esas cosas que hay que rever y reflexionar. No es un planteo de una meditación en el “aire”, sino cotidiana y simple. Reflexión sobre las cosas importantes del día a día.
Es la “frontera” donde el que se hace el vivo deja de simular, el que todas las sabe, se asume como ignorante, el poderoso, se convierte en un peregrino más y el fracasado ilumina su experiencia…
Hay uno de estos caminos que es elegible, deseable y por supuesto que están las respuestas para quien decida comenzar a transitarlo. Respecto del otro camino, ese vendrá indefectiblemente, ese difícilmente sea elegido.
En este contexto hay pautas, herramientas, un medio adecuado a donde ir aprendiendo con otros a poner en marcha estas simples meditaciones, este preguntarse y esperar las respuestas, ésta sincera necesidad de guía ante un gigantesco Universo donde están las circunstancias mencionadas, pero también, infinitas nuevas posibilidades…
Dos caminos para ir hacia búsquedas profundas
sábado, 21 de junio de 2014
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